de A
una". Yo había estado observando desde el balcón, mi corazón adolescente revoloteando ante la implicación. Vi el sonrojo en mis propias mejillas en mi mente, p
yra, no por una orden, sino por elección. El dolor era
con caer, me dirigí a los establos. Necesitaba una distracción, algo para canalizar la tormenta de rabia y dolor que se gestaba
ás rápido, instándolo hacia una serie de saltos alto
ba incluso a nuestros mejores guerreros. Galopamos hacia él, una unión perfecta de jin
, un chasq
paró el corazón, quedé suspendida en el aire, una espectadora indefensa de mi propio desastre. Luego
sin ataduras, se desbocó, sus poderosos cascos removiendo la tierra
nta. Todo su universo estaba centrado
rotó de mi garganta. Fue un sonido de pura ago
abía visto usar para Lyra, interceptando al caballo frenético y luchando con él hasta detenerlo. Pero e
o de curación de la manada. Kael, para mi sorpresa, insistió en cuidarme. Se sentó junto
eguntarme si me había equivocado. Quizás es
que venía de su alma. Su cuidado por mí se sentía como una tarea en una lista de pendientes, un deber realizado con precisión m
pierna había comenzado a sanar. Estaba sumida en un sueño ligero cuando es
su voz un siseo bajo-. ¿Una pierna rota
ntuve la respiración, es
el fue escalofrian
poco. Se suponía que era una lección, una advertencia para que se lo
ar heridas graves y de lenta curación a
e cualquier remordimiento real-. Calculé mal. Cuidarla ahora es solo control de d
adoso y atento que se había sentado junto a mi cama era un
rque le importara. Había venid
raba, se rompió. El dolor en mi pierna en recuperación no era nada compar