s se le quedaban viendo y murmuraban
, como se atreve a venir a la ciudad,
hora la señalaban con el dedo eran las mismas qu
bía sido Jonas, ella había firmado esa mañana el di
ida, en todas le decían que estaban llenos y que no podían darle ninguna
rador desprecia, jamás dejaría
la recibiera, alquilo un carruaje y fue a la casa de al
ue le mostró amabil
es bienvenida, quizá de
d
lugar donde pasar la noche. Le contestó Nirella mientr
. __ Si quiere puede alojarse en mi casa, mi es
za y le dijo. __ Le agrad
pequeña, con un huerto en el patio, y con ventanas coloridas, cuá
piel blanca pecosa, ella llevaba en brazos a un bebe, el cochero le dijo que bajará y
bien recibida en un lug
mujer al inter
o, Nirella tenía mas de un día sin comer así que par
le dijo la mujer, y
es Nirella,
odos saben
jo. __ Creo que todo
s de estar pasando
con triste
a una enfermedad contagiosa, todos menos tu esp
de aquí, así que a nosotros
buena hija, fui una buena esposa y una buena amiga, pero todos me h
ueden ser terriblemente c
jo. __ Supongo que tienes razón, las pe
sas hacer ahor
gar lejos de aquí, quiero empezar
le dijo. __ Eso será difícil,
eredera habían retratos de ella en todo el
y le dijo. __ quizá so
el carruaje y alimentado a los caballos, Samira le entregó a
s y el bebé sonrió, Camil se sentó en la mesa, y le dijo a Nirella. __ Espe
eya, debería de ser yo la que p
r. Le contestó camil
la comida y tomó
tu maleta?, le
ada y le respondió.
chada de su casa sin siquiera dejarla
te prestare u
sidero grosero porque Camil aun seguía comiendo pero a ellos e
tación pequeña y le dij
a cama, una mesita de noche y
tenía nada aquella humilde habitación le