le llevé a mi pareja, el Alfa Damián, su cena
ímites de nuestro territorio. Se reía con otra mu
que rechazaría en público en cuanto se firmara un nuevo tratado. Mis padres adoptivos, el Alfa y la
vió un mensaje por el vínculo
ras secó mis lágrimas. Solo quedó u
yo preparé un regalo para la fiesta de cumpleaños de su hi
tal de datos con cada
ítu
Se
eis horas en la clínica de la manada. Me dolían los músculos, un ardor profundo y satisfactorio por reparar ligamentos desgarrad
i pareja.
estado encerrado todo el día en una reunión del consejo de alto nivel, planeando la próxima expansión corporativa de la manada. Me imaginé
tas de roble del salón del consejo esta
dije, ofreciendo una sonrisa c
un guerrero llamado M
ue hace una h
e f
mida de repente se sintió com
rogramada para despu
murmuró Marcos, con la mirada
mi estómago. ¿Urgente? Me lo ha
stro santuario privado, un torrente de pensamientos y emociones que solo debe fluir entre nosotros. Durante a
ndome en el silencio de
¿Está to
enc
na vacía. Un escalofrío, helado y agudo, me recorrió la espalda. Esto se sentía diferente. Más frío. Durante año
a de una pareja es la firma de su alma, única e innegable. Respiré hondo, filt
un toque agudo y limpio de viento invernal. Era el aroma que lo había anunciado como
Se alejaba, hacia el mismísimo borde
res de la manada y los campos de entrenamiento, hacia una parte aislada del bosque que nunca había explorado. En un claro, se alzaba
do. Mi corazón martilleaba contra mis costillas, un tamborileo frenético de pavor.
ventanal que iba del
Dam
riendo. Una risa profunda y genuina que no le había escuchado en años. Sobre sus
na, su mano descansando en el brazo
y
dijeron que ella era la única sobreviviente, enviada a un territorio neutral para recuperarse de heridas graves. No p
do de mi loba arañando el interior de mi pecho, desesperada po
ela blanda de sanadora no hacían ruido. Una puerta de la terraza estaba
jo mientras bajaba al niño. "Una vez que el tratado de fusión con R
nte. "Quiero ser tu Luna. A la luz del día. No encerrada en esta jaula d
mien
n la fuerza de un puñet
azo destinado mantuvo a mi lobo tranquilo. Fue una necesidad política para asegurar
eo, corrió
puede leer un cu
uestra manada, ellos lo sabían. Tenían que saberlo. El financiamiento par
que creía tener, la familia que atesoraba, la pareja que adoraba, todo era u
sencia cálida y familiar rozó
Da
reunión. Qué cansancio
l de plata en mi corazón. El dolor era tan inmenso que quemó las
azón destrozado, la vengan
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