negro, juraba que nuestro amor era un cuento
cubrí la cruda realidad: tenía una amante embaraz
galado, mientras nuestra manada cuchicheaba que yo solo era "el problema del
aniversario, le e
apeles del divorcio
implemente
ítu
Ma
como un trozo de h
un zafiro en forma de lágrima de un azul tan
Su voz, rota por la emoción, me declaró suya. Yo, la loba huérfana que t
como un miembro fantasma que todavía dolía. En el
ndo un bosque de pinos ancestrales, inundó
llas, y en lo más profundo de mí, una voz que nunca antes había oído -
, éramos un c
s de hadas son
prepago escondido bajo una tabla suelta del piso de mi clóset. Un aparato barato, desechabl
na pareja Unida, debería ser un canal de confianza absoluta. Un flujo constante de pensam
ca pude atravesar. Decía que era para proteger mi "mente delicada,
enue, siempre restregado, pero mi loba -la parte de mí que había despertado explosivamente en
Ava R
nte de una red social. Ava, una popular loba influencer de nuestra propia Manada Montenegro, estab
antalla, regalándole una "corona" virtual con va
nrisa triunfante en el rostro-. Gracias
la sangre.
equeños rituales de Liam para monitorear la "fragilidad de mi inusual linaje". Mientras esperaba, Ava sa
delicada cadena de plata y piedras de luna, una antigua reliquia de la familia Montenegro pasada de Luna
ta de Liam, Marc Chen, levantó una copa, arrastrando
a-. Un hombre que sabe cómo manejar sus... activos. U
y viniendo entre mí y el asiento vacío donde se suponía que debía estar
, mis huesos rompiéndose y reacomodándose en agonía, él me había sostenido, su poderosa pres
is venas e impidiendo que mi loba sanara, él desafió a los Ancianos de la manada, se cortó susalvando. Me
a. "Si me mientes, Liam Montenegro", había susurrado, mi mano en la suya. "Una mentira verdadera, una mentira que rompa el corazó
n de golpe. La deci
o que había memorizado. La voz al otro lado
el plan. Necesito que borres a Maya Montene
. Olía a pino, a invierno y al rast
los ojos. Abrió una caja de terciopelo, idéntica a la que estaba en mi tocador. Dentro estaba la Lágr
na mentira per
tica. Dentro, coloqué dos documentos: una solicitud de divorcio firmada para los tribunale
solo un sím
cestrales a la cara, un ritual final y agonizante para el que no esta
rsario, mi amor -dije dulcemente-. No lo abras hast