pongo a saltar en la cama, con el mismo énfasis que le pongo cuando estoy saltando en la cama elástica del pa
de clase, nadie me ha dicho nunca nada pero para mi ima
de 95 años, abuela de mi madre. Cada año cuando llegaba junio de ponía a confeccionar cinco vestidos iguales pa
gares e íbamos a diferentes colegios, no quiero ni imaginar e
uerza de voluntad que he conocido en mi vida. Elisa llevaba una semana fallecida cuando comenzó el colegio, pero a pe
nga, tenía un lazo rojo con una gran moña en la espalda. Los zapatos eran de charol de color rojo al igual que los ca
iencia estaba deseando de usarla y me llevé todo el mes poniéndomela por casa haciendo como que iba a
os nervios, las risas tontas y la alegría por el comienzo del curso se nota en la cara de todos los niños que vamos juntos. Había momentos que no s
ro. Estamos todos en la explanada del co
ra y nada mas llegar la boca se me qued
bos rojos, azules, verdes y amarillos, hay mesas repartidas p
la cantidad de globos de diferentes colores que había repartido por todos lados. Nuestro
or para darnos las bienvenida a todos, y como siempre había
que empieza una nueva etapa en la vida de vuestros hijos, unos pasando a
mos todos, y digo todos, porque en realidad, si no tenemos un
res son los pilares del edificio y para que este edificio se haga fuerte
o feliz. Un niño que no viene al colegio feliz, es porque algo está fallando en el aula, por eso os pido a todos los doce
encargarme de que cada niño tenga buenos pilares y que vengan al co
colegio lo voy a
plaudir, incluso había madres con lágrimas brotando sobre sus mejillas, la verdad no entendía que pasaba porque siendo sincera de ese discurso no ha
e y a nombrar a los niños cada uno por su número. conform
nuevo? - me dijo María Jesú
de enfadada y me cambié de sitio para que no siguiera
nuevo. A ninguno le había molestado que todos a partir de número cinco todos habíamos avan
ntes éramos nosotros. Por fin íbamos a poner cara a
n Isidoro se ha jubilado. Tenemos la pena de su marcha pero a la vez una alegría grande por el nuevo profesor que viene con mucha energía y nuevos y modernos métodos
con los que iba a dar clase. Era moreno, muy alto con gafas y parecía muy serio, a pesar de verlo con poca so
uando me despierto de mi letargo cua
se acercaron se dieron la ma
María y Olive h
había caído en el detalle de que al ser de dos en do
erqué al profesor a la misma vez que lo h
desapareció en un instante y el corazón me latía con
s único que decía para mis adentro