vista d
Era Damián. Su voz estaba teñida de u
. accidente. Se cayó, se golpeó la c
l, supongo. Un mensaje enviado a un rival que rozó a
mitación perfecta de preocupación. Me
vor". La súplica era parte del espectáculo. El prometido preoc
inaban a Ximena. Estaba montando un show para las enfermeras, para sus sicarios que merodeaban cerca de las puertas, hablando de lo "amiga" tan queri
ología". Era una cita de rutina para cualquier miembro de alto rango de la familia, una r
presión suave. "Damián, tienes tu
ano. "Cancélala. No puedo dejar a
, a tu papel, al futuro. Al elegir su aventura por encima de sus deberes como heredero, estaba escupiendo sobre ese mandamiento.
e un número desconocido. Fotos. Damián y Ximena besándose en su coche. Damián y Ximena en un antro, las manos de ella por todo
icamente, borré cada foto y bloqueé el número. Se sintió
mi ropa, un recuerdo afloró. Damián, hace dos años, cuando tuve gripe. Se quedó con
na actuación? ¿Alg
el hombre que es ahora, sino por la estúpida y confiada chica que solía
la lágrima rodó por mi mejilla. Estaba caliente de rabia. No era
lí estaban. Damián y Ximena, pegados como lapas, su risa resonando en la estéril sala bla
"¿Vino tinto para ti?", preguntó, por reflejo,
etalle enterrado bajo siete años de recuerdos que supuestamente no tiene.
dole la copa, su rostro de nuevo una p
a nada. Su manipulación es un