el aire, sentía una presi
Leo, la miraba con el
anafil
do a cad
l nombre de su esposo, Marcos,
respirar! -gritó
su amante, Valeria, desestimó la llamada con indif
ente había pedido para Sofía ahora iba en camino a recoger a
Sofía se h
salió corriendo a buscar ayuda, sol
seco y
propia tragedia, mientras los paramédic
ido, porque Marco
stac
rr
lp
atormentaba, marcada
un esposo, ser tan m
amargo y devorador
Siempre
ía abrió los
el suelo d
sano, entr
portunidad, aterr
atastrófico
protegería a su hij
ítu
ire. El pecho se le oprimía, una
s, la observaba, con su
Ma
, con la vista nublada. S
-logró decir-. Nu
n, tomó el celular. Sus deditos
otón para lla
espirar! ¡Se ve muy mal!
s se escuchó, d
nico, Leo. Dale el EpiPen. Estoy en un eve
n serio! ¡Dijo qu
bulancia -dijo Marcos, pe
necía en una neblina de dolor, Marcos llamó d
lancia que pedí para ti, la voy a desviar para que la recoja. Ella está
se fracturó. Valer
oír esto
mi necesi
ado hacia la puerta, probablemente p
che sonó. Un golpe
bla, escuchó un grito dif
, sil
entrecortado jadeo. Sintió como si su espírit
rado en la ca
ahí, atendiéndola a ella, y luego
su alma: Leo, pequeño y roto,
do pequeña. Horror. Duelo. La cu
edaba de él, se rompió
su propia tragedia, mientras
ulpa. Su negligencia.
a. Esa
portunidad. Si pu
s Treviño entrara en su
que pa
o. Un arrepentimient
o de furia helada-, si hay otra vida, j
ó los ojos
u sala. Le dolía el pec
s. Se tocó la gargant
e
o, con el corazón lat
Le
esde su cuarto, con
en? Estabas hacie
fuerte que él soltó un gr
tar inyectados en sangre. To
, del golpe, de la sába
n la pared. La fecha
había
segunda oportu
ba contra una determina
ue ese futur
mesita de centro. Una n
ria
gre. Lo tomó, su dedo flo
que
una cena de lujo. Marc
un anillo nuevo y brillan
verdad ve mi potencial. ¡Tan agradecida por su apoyo para l
la publica
novado.
con Valeria mientras estaba casado con
a un hombre carecer de
a cerradura. Marco
al verle
? Parece que vi
Una mancha de labial, de un tono que no era el su
su frase favorita. Le crispaba los ne
a, con la voz tensa-
Leo casi se muere, porque estabas con Valeria, ¿q
nció e
Qué locura dices.
sus ojos. La absoluta
ería. Nunca
anto pesado. La amarg
sperdici
cos -dijo, y las palabra