aba tenuemente iluminado, todo ter
la abeja reina, rodeada de sus
sa en un rincón sombrea
vé a
e Sofía, una complicada mezc
os de ella cuando fingió tener frío en
se está divirtiendo, así que las beb
e "oohs"
criando!", exclamó una
o posesivo alrededor d
a, tú y Marcos son tan perfec
una imagen de fe
un segundo. Mi rostro est
Sofía. "Pronto. Ya
a su alrededor, un río
fiesta. "Verdad o reto, pero con un
stencia empalagosa, me metió en el círcul
erdió un
de las amigas de Sofía: "Besa a tu pa
acia Sofía, le tomó el rost
unda
aplaudió,
desagrado. La Eli que se habría sentido destrozada p
lemente, fue mi
tu conversación de
nticipación rec
ono, mi expres
is men
avid " seguido de una ca
un 'David'? ¿Con corazones? ¿
sonrisa genu
mes. En Florencia. ¡Están to
mi mirada encontránd
ilegibles. Un músculo se
disculpé par
perando en el pa
queó e
r?". Su voz era baja, intensa. "¿
el memorial de mamá y papá, y para invitarte. Sería un honor que me entre
a, incredulidad, algo
emoción reprimida. "Llama a ese tal '
teléfon
al buzó
rencia", expliqué. "Pro
y despectivo. "Patético. Deja de d
a vuelta
i teléfono vibró. David
siento, Eli, mi amor, es
do. "Nada, cariño. Perdón por
do quieras", dijo David, su voz
la que llamaste 'Flor del Desierto'. La que siempre dijiste que era para el
del De
azón de dieciocho añ
ontamente, había
a fracción
"Está bien.