todo lo quiere perfecto y sin ningĂşn error. Era exigente con el trabajo, no lo
ras: Era
rrido, era lo mismo casi todo los dĂas. DependĂa de su humor, casi siempre estaba tranquilo y regalaba sonrisas y pequeñas
or amiga,Tiffany. CompartĂa con ella este pequeño departamento desde que comencĂ© a trabajar en la empresa Harrison desde hace unos m
encontrĂ© vacĂa y un papel
ayuno en el microondas ¡Es tú fa
sa de los Harrison.TenĂa tiempo de comprar su chocolate caliente de todos los dĂas y tambiĂ©n comer mi desayuno tranquilamente. Comi mi desayuno en silen
bien. Luis me habĂa llamado. No le iba a contestar, claro que no. Algun dĂa se cansarĂa de escribirme
me despedĂ rápidamente del portero. Comer tranquilamente no fue una buena idea, si me saltaba algunos semáforos podĂa comprar el chocolate caliente y llegar temprano. Sonaba como un buen plan. Las calles estaban tranquilas y vacias para ser lunes, parecĂa que mi dĂa cada vez mejoraba. Conmigo cantando Soap de Melanie Martinez y otro par de canciones que ponĂan en la radio llegue hasta la pequeña cafete
chica de la caja, debe de tener unos dieciocho años, se ve que se
ntavos ─dijo tecleando algo en su caja registrado
n realidad. Mi pierna se movĂa constantemente viendo como la chica preparaba mi cafĂ©. Cuando entrego el
s. Tuve que maniobrar hasta llegar a la recepciĂłn y que Lauren, una compañera de trabajo, me diera un papel rosa que segĂşn ella se lo habĂa dado
más lleno que nunca, que más daba, no
ente, ella podĂa hacerse cargo de sus empresa sola por ahora. Voy primero a la oficina de
ria, las paredes eran de color gris igual que muchos adornos en la habitaciĂłn. En una esquina habĂa u
oficina de mi jefe. Guarde mi cartera en un cajón y mi café lo lleve a mis labios, me puse el auricular mientras prendia
como este, habĂa aveces que tenĂa que quedarme con el jefe hasta más
daban a su cuerpo, su cabello marrĂłn casi rubio estaba desordenado. HabĂa unos cuantos mechones que caian en su
arrison ─digo levant
engo pa
agarraba la carpeta. Estos eran los dĂas que
escifrar su rostro neutro─. A las cuatro una reuniĂłn con su abogado. Eso es todo señor Harrison ─ chasqueo la lengua agarrando el pequeño papelito de color rosa que me habĂa dado Lau
entre sus dientes, la punta de su p
a ir, gracias de nuevo ─pude notar que su cuerpo estaba tenso, se fue
susurro par
X
de cuerpo delgado, su cabello negro brillante estaba atado en una coleta alta, su rostro perfectamente maquil
tienes una puta amante", de ahà no oà más nada. En el piso todos se estaban
icos de la chica que estaba encerrada con el jefe. Cuando todo parecĂa tranquilo, la ch
ra buscate el
─dije un poc
nta, se que te met
hora era yo la que esta
mente
Ăşmeros en mi mente pero siguio con sus insultos y llegĂł colma
ezono en todo el piso y parecĂa que todos aguantaban su respiraciĂłn.Su rostro maquillado se habĂa girado
echo. Dándome una última mirada en
─pude escuchar al jefe detr
artera, sabĂa que me va a despedir. Vamos, le
, asomĂł mi cabeza para ver cuanto enojado estaba y
Evans ─su sembl
tengo la culpa que ella me venga a pegar y ofender
a ─inten
.Si la veo por la calle la arrastrĂł, no s
io una mirada nerviosa─. Solo le que
r en la silla. Ignorando mi estĂłmago que se
que yo soy su aman
o ─se removió nervioso en su silla
. ¿Para que soy buena? ─sonrió apo
sarĂa c