fina
an en una habitación privada, con aspecto demacrado y encogido e
se
no por el pelo revuelto. "El Patrón quiere resultados para aye
vaso de agua. Jugué a ser la cuidadora silenciosa y competente en la que siempre
silencio que siguió, mur
ré. Te lo prometo. Ar
upuesto. Incluso en su subcons
piel. "¿Ves? Sabía que vendrías. Nunca me dejarás". Me tomó la mano
o apareció en la pantalla. Era Olivia. Podía ver las palabras desde donde estaba
o se hizo añicos, reemplazada por un pánico puro. Se arra
endo de la cama a toda prisa
bía tirado. Se detuvo y me miró, no con amor, sino con la
con un gesto displicente. "Es
e f
La última pizca de lástima que podría haber sentido por él no solo se des
maletas en la cajuela de mi coche. Al cerrarla de golpe, una Suburban negra y fa
Este
maletas en el asiento trasero. Abrió la bo
conectado a su teléfono, cobró vida. El nombre
os veces, cont
Se deslizó de nuevo en el asiento del conductor y se
onó desde el altavoz del coche m
ará bien. Sie
 
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