Jacksonville, Ca
Ángel Iv
mo un amigo, sino como mi prometido oficial. Al fin se decidió dar a conocer nuestra relación oficialmente, aun cuando todos los que nos
rar alta, así que no llamo mucho la atención; al menos no físicamente pues soy de lo más ordinaria o al menos eso pienso yo; ya que con un coeficiente intelectual de dos cientos cuarenta y dos, y una memoria fotográfica o eidética, siempre he estado en el punto de mira de todos, algunos para intentar humillarme o simplemente usarme por mi inteligencia, para que les ayudara c
e los Seals del cuerpo de Marines; eso sin contar con mi abuelo quien es un Coronel retirado del cuerpo de Marines y mi madre con el grado de Capitán, quien es analista de inteligencia, todos empeñados en protegerme y cuidarme, como si fuera una delicada muñequi
ás me han apoyado, dejándome hacer casi siempre lo que quiero o deseo; como cuando me empeñe en ir a la academia de pilotos, o cuando me uní al cuerpo de rescate urbano c
no intentara o practicara, más si era de mi gusto. Y ya que siempre fui la princesita de mis abuelos, solo debía pedir ir a un campamento para que me enviaran, en ellos aprendí muchas cosas;
s criados por mis abuelos y obviamente yo era la consentida de mi abuelo tras su retiro; y fue por eso que él era mi cómplice en muchas de mis actividades. Recuerdo haberl
carrera como rescatista y paramédico; así como el tener títulos universitarios en ingeniería Mecánica y electrónica, historia del arte y lenguas; ciencias políti
obre el tema; me pongo a recordar mi infan
04 Jacksonville, C
Ángel Iv
ub a nadar con mi hermano y como quería subir al tobogán, mi hermano se adelantó para separarnos lugar, por lo que me dirigí ha
fuera porque tu papá es capitán, no podrías estar aquí. – me
gusta es que a mí me conozcan y a ti no, eso pasa
s, quien no se había dado cuenta de que estaba discutiendo con Tob
déjame pasar o te vas a
gunto Tobías empujándome y no dejá
pero yo sí! - intervino en
al tobogán, no es para enanas como ella, para eso está el chapoteadero,
y no necesito que mi hermano me defienda,
res o no subir al tobogán, estoy cansado de
e fastidia, y yo no me voy a dejar de un tarado como él. – le respondí molesta, tratando de pa
no subirás
.– reclame desde el suelo, dán
e cuando intervino mi he
nzaron a golpes; pero al ver que eran tres contra mi hermano James, pues a Tobías
es de morderle la oreja, no sin que antes Tobía
s grandes pues mientras que Tobías tenía once años y Louis y Max tenían diez cada uno, veían que yo no dejaba de dar golpes, patadas y mordidas; mientras que James se defendía un poco mejor, por lo que tras separarnos a t