ardor de la Marca en mi vientre y la mano áspera de Kraven aprisionando mi muñeca. Él no me guiaba; me reclam
minio público. Pero mi loba, la criatura primal sellad
una habitación austera, forrada en pieles gruesas y oscura, solo iluminada por un cuenco de brasas ar
cuerpo se plantó frente al mío, atrapándome. Era una muralla de músculo, y el con
sus ojos grises que ardían bajo la luz rojiza de las brasas-. Soy el Alfa, Kraven. Nunca esperes que me someta a ti -Él sonrió, una expresión fugaz y p
pha en mí quería resistir, pero la mate en mí se
aún mayor. La diferencia entre este beso y el que compartimos ante mi manada era la intención.
te. Sentí la fuerza de sus pulgares a ambos lados de mi tráquea, una promesa silenciosa
o. Con un rugido que hizo vibrar el aire, Kraven rompió el beso, pero solo
he soñado -murmuró, su
sus dientes, esperando el momento de
o, que no podía mantener la verticalidad. Kraven lo sintió, y sin es
n se movió rápido, con una eficiencia Alpha. Su ropa y la mía e
o, tallado en las montañas, era una estatua de poder. Su piel era cálida, de
na Alfa entrenada. Cuando nuestros cuerpos desnudos finalmente se tocaron, fue como
ión de su derecho. Su mirada gris se deslizó sobre cada centí
alabra tierna que había pronunci
n de Kraven era volcánica, enfocada en la reafirmación territorial.
que solo su lobo reconocería. Los gemidos y los gruñido
primitivo que solo el mate predestinado podía ofrecer. Me aferré a su espalda,
to final de la unión. El aire se cargó de magia antigu
na parecía brillar a través de la pequeña abertura de la cámara. El do
correr a través de mí, sellándonos.
r. Kraven apoyó su frente en mi hombro, res
arca de la Luna debería haberse calmado y el destino deb
evo a
ue de vainilla cálida. Un perfume que no solo era dif
baba de calmarse tras la unión con Kraven, comenzó a aullar de
ntre, justo al lado del primer sello, como si un
llenos de furia y confusión. Su olor a Alpha recién unido se i
rugió, mirando
. Estaba mirando sus ojos, sabiendo qu
llenando la cámara. Y justo cuando Kraven se prepar
a, bajo la luz plateada de
a del
mí. Luego, lentamente, se encontraron con los míos. Su sonrisa, la más carismát
mi alma, rugió la verdad

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