de Casandra «
observándome. Llevé a los niños a la sala de gatitos, sumergiéndome en los suaves ronroneos y los
io, Héctor estaba esperando. Me a
Me empujó adentro, la puerta cerrándose detrás de nosotros con un golpe sordo, sume
ta, con el pecho agitad
ssie? ¿Desearnos lo mejor?
brazo todavía palpi
. Tú y Anaís. Es obvio. Y francamente
su voz bajando a un gr
lico, frente a esa gente? -Extendió la mano, atrayéndome en un abrazo sofocante
público, mantenía una distancia educada y profesional. Yo era la esposa del CEO, un accesorio para su imagen
había investigado a fondo. Me había interrumpido a media frase, su voz aguda, diciéndome que «me dedicara a lo que sé,
e. Mi mente reprodujo la imagen de él besando a Anaís, la mano de ella en su brazo, su alpaca «amu
. Tuve una arcada, apartándome de él bruscamente, tropezando ha
, su rostro volvi
z teñida de conmoción y d
oca con el dorso de la mano.
me haces sentir ahora. A
r en par, luego se llenaro
etal a mi lado. El estruendo resonó en el pequeño espa
es, después de las sonrisas forzadas y las felicitaciones, me había llevado a un lado. «Nunca me avergüences, Cassie», había dicho, su vo
yo estaba rompiendo mi parte
to. Y lo cumplí. Durante die
éfono sonó sin ce
Está borracho, haciendo una escena en La Clandest
azón completame
plana-. Estará bien. -Colgué, apa
eños fragmentados de mochis de matcha y ligas de pelo verdes. Alrededor de
en mi cama, su aliento apestando a alcohol. Me
las lágrimas-. ¿Por qué me haces esto? ¿Por qué
ieta, mi cu
ndo sus propias palabras-. A ti no te impo
enterró su rostro en
. voy a romper con Anaís. La despediré. Podemos empezar d
mi esencia misma en este matrimonio, en él. Había renunciado a mi carrera, mis pasiones, mis amigos, mi identidad. Había intentado ser la esposa perfecta, el accesorio perfecto pa
ntía como una broma cruel. Era

GOOGLE PLAY