img El amor que trasciende la propia muerte  /  Capítulo 2 | 20.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 2

Palabras:1562    |    Actualizado en: 15/12/2025

Lawso

tensión que parecía adherirse al aire como un sudario. Observé a Carmen mientras c

completo que la mandó al suelo. Un crujido seco resonó en el a

ité, corriendo

r la caja del pastel, y con un crujido repugnante, mi hermoso y cuidadosamente elegido pastel "sinfonía del océano" -una deli

eaños. Destrozado.

ue más rápido. Ya estaba allí, sus brazos alrededor de Carme

en? ¿Te la

ueva ola de dolor a través de mí. Ni siquiera miró e

io. No sintió mi preocupación. Yo era un fantasma en mi propia sala. Mi

ue realmente me golpeó. Sus labios se apretaron en una línea tensa, una disculpa silenciosa, quizás. O tal vez, un

e miró. Su expresión se endureció, una

estando atención? ¡Deberías hab

nían. ¿Me estaba culpando a mí? ¿Por su torpeza? Sentí un nudo frío formarse en mi estómago. ¿En esto me había conve

r, tan amorosamente elaboradas, estaban aplastadas, su delicada belleza destruida. Era una m

era dejar este mundo con un mínimo de paz, sin su engaño pesando en el aire. Merecían la felicidad, incluso si

radiza, apartando el e

ael. Los acci

etantemente tranqui

ver si te raspas

ndome ver más de cerca. Tomé suavemente la mano de Carmen, ex

i voz suavizándose a pesar del caos

no, sus ojos muy ab

mucho. El pastel...

agó, cargada

"Es solo un pastel. De verdad, no es nada. Sol

ndo de transmitir una

de tenerlos a ambos aquí. E

e un significado no dicho. Y estoy feliz

donos, se acla

as para el pastel. Y un

si ansioso por escapar d

ité, mi voz plana. "Solo concéntrate e

pastel. No nece

ndo en un millón de pedazos, incluso si mi tiempo se estaba acabando. Solo qu

sentía fría a través de su camisa. Encendí la luz, el duro

e antiséptico", dije,

n el borde de la tina

me siento terri

a apenas

otando sobre una bote

añana pediremos un pastel nuevo. O mejor aún,

usiasmo e

beza, las lágrimas

l. Todo. Es que..

una sonrisa suave

mejores amigas, ¿recuerdas? Sie

Ella era mi familia. Más que familia. Ella fue quien me enseñó lo que realmente signifi

rramadas, sus labios temblando. No dijo nada, solo me obs

otiquín en sus manos. Nos miró, sus ojos escaneando

aje uno nuevo, Alicia. Es uno simple d

mente hacia

rció. La sinfonía del océano se había ido, reemplazada por

ente. Kael colocó la pequeña caja de pastel blanca sobre la mesa de centro. El aire todavía est

e con sus brazos, atrayéndome en un fuerte abrazo. M

nsuelo. Les deseo felicidad. Les deseo una vida juntos, libres

sonreía, un poco demasiado brillantem

rró una pequeña caja elegantemente envuelta, p

. La observaba a ella, no a mí, sus ojos llenos de una intensidad que hizo que mi pecho se oprimiera. Mi corazón

ompetitivo en su voz. Agarró otra caja, casi idéntica en tamaño y envo

empujó jug

mas primero! Además,

náuseas. Era tan fácil para ellos, esta dinámica juguetona, esta conexión natur

i voz cansada. "Abramos los dos al m

ando una sonrisa que sent

mero la de Carmen. Adentro, sobre un lecho de satén blanco, yacía una delicada cadena de plata. Unida a ella, un pequeño e

rtó. Mi mano tembló

en ella, un dije con forma de una majestuosa cordillera, sus pi

os ojos de Kael estaban muy abiertos, fijos en las joyas a juego. El rostro de Carmen perd

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY