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Historia

Capítulo 4 Refugio en la casa de Dios

Palabras:864    |    Actualizado en: 16/12/2025

ítu

o, recordándole que la bala alojada en su costado no tenía intención de dejarlo llegar demasiado lejos. Este apretó los dientes, con sus nudillos blan

infierno que había dejado atrás: gritos, disparos, la voz

arlo. Dimitri no quería dejarlo, no quería escapar como un cobarde, pero Igor lo ha

quel último grito como un eco impos

estrecho, devorado por los árboles del bosque. No sabía en qué punto exacto del mapa estaba, pero eso ya no importaba. La sang

golpeando el volante. Sabía que no podía seguir conduciendo; estaba dejando un rastro de muerte tr

dole un poco la mente. Este guardó el arma bajo la chaqueta, cerró el coche con un movimien

mpezó a

ferentes, con sombras que se estiraban bajo la luna, y un silencio que lo envolvía todo. Solo el crujido de l

o. En ese momento juró que ninguno de ellos viviría para contarlo, pero las prome

ismo. Sus piernas se movían por pura voluntad, y cada vez que caía de rodillas, se obligab

tura emergió como un espejismo: muros de piedra, una torre con un

amarga, sin poder creer hasta d

sangre al suelo- Qué ironía ¿eh? El demonio b

las puertas de madera maciza. Lugar golpeó con el puño, fuerte al p

chirrido de los cerrojos. La puerta se abrió para él, dejando escapar una ráfaga de

os, grandes y expresivos, lo miraban con sorpresa y compasión. No era una de esas miradas temerosas que Dimitri

joven en un susurro, lle

eso su visión se nubló, y por un instante lo único que distinguió fue

endiendo las manos, dispuesta

pido, entre - trató de ayudarlo,

fue la suavidad de unos brazos delicados intentando sostener su peso y unos labios rezando una oración

aquí - dijo como último suspiro y

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