Freder
cabeza. Para mí, fue un momento de claridad brutal. El ideal romántico del amor había muerto de forma dolorosa. A
y confianza fuera de lugar. Sus ojos, brillantes e ingenuos,
go. De verdad lo es. Tú simplemente... ya no lo entiendes. -Se inclinó hacia adelante, con una sonrisa cómplice en su rostro-. Sabes
una risa amarga y sin h
baja, pero se escuchaba. Los clientes de las mesas cer
tro pa
han distanciado. -Tartamudeó, claramente nerviosa por mi compostura-. A
es nada sobre el amor, ni la honestidad, ni la decencia humana básica. Ere
jo en una mezcla de
Solo estás celosa! ¡Estás vieja
lgo salvaje e indomable, y yo sabía exactamente cómo usarla. Metí la mano en
s. Solo que sea creíble. No seas avariciosa, sin embargo. No querrás que te atrapen po
en par, luego se entrecerrar
ciéndolo pedazos, dejando que los trozos cayeran al suelo-. ¡A
la moral. Y ninguna de esas cosas es lo que tú y Bruno tienen. -Me levanté, mi
obre mí. Sus manos conectaron con mi pecho, emp
ajo vientre mientras mi cuerpo golpeaba el duro suelo. Un calor nauseabun
acia mí. El rostro de Kandy, momentos antes contraíd
tal, el familiar olor a antiséptico llenando mis fosas nasales. Oí
o! ¡Fue un accidente! ¡Bruno,
nto a mi cama, su rostro pálido y demacrado, sus ojos en
voz quebrada-. El
arme a los ojos. Solo negó con l
a que había estado nutriendo en secreto, el milagro con el
n tono-. Prácticamente me suplicaste por un
su cabeza se le
, por
pí, mi voz ganando fuerza, fría y firme-. ¿El de la buen
sangre se drenó de él. Sus ojos esta
lo siento mu
el culpable aquí. Has destruido todo. Y sabes lo que eso signific
s, un miedo desesperado y a
des! ¡Te amo! ¡Lo juro, te amo! -In
or es barato. Es una emoción de rebaja, disponible para cualquiera que la quiera. -Mi voz era un látigo,
a aterradora de conmoción y desesperación. El hombre que una

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