zul. No había ningún faro para iluminar su entorno además de la falta de estrellas en el cielo. Ella quería nadar, pero unas algas amarraron sus extremidades, arrastrándo
ra la voz cálida y
onder, sus cuerdas vocales
ozo femenino que la hizo
lla, y cuando la tuvo cerca fue que pudo ver su cara con claridad. Esta tenía cabello largo, ojos marrones y una expresión f
resivos el techo blanco y luego per
despi
guntaba, se dio la vuelta para enc
uchar su propia voz ron
speremos a que termine su infusión intravenosa para que pueda i
estaba segura de haber escucha
r más cuidado. Se ve tan pálida y débil que es evidente que necesita descansar bien, además de tratar de no estresarse". El ho
estino jugan
quedó emb
biera un poco de vida palpitando en su interior. Llevaba dentro de ella al bebé de Burke, pero
ra rid
e dibujó en sus labios cuando de la nada rec
hombre estaba conmigo
spertarse y clamó que quería irse, diciendo que no podía permitirse quedarse en el hospit
o...", mur
ficha médica que tenía en la mano, el hombre dijo: "Cada ser h
íquido que colgaba del soporte junto a su cama, y al revi
billetera todavía estuviera allí también, pues al
l mundo y ella era una de ellas, solo que ya n
staba el hombre al que había salvado, pero no entró a su
a Zac
mponente aunque
a pagar su cuenta en la caja. También pagó los gastos médicos del hombr
siempre le había dicho que ayudara a los demás tanto c
ella dejó este mund
r ocultar la angustia en sus
ella y subió a él enseguida. El conductor miró su rostro exhaust
uido se apoyó contra la ventana
pente sintió como si estuviera parada en medio d
struido en su infancia se habí
rumbado por completo; luego estaba Burke, quien le tendió las manos y ella lo tomó
que todo esta
e a fin de cuentas ella era solo una compañera legal para él, ¿no? La verdad era
el título de señora
hilo de pensamientos de la mujer. Rose estaba tan preocupad
r, quedó atónita al ver lo qu
milia Lin; el detalle era que esa casa ya no le pertenecía. Ella pasó más de ve
ara ocultar las lágrimas qu
todavía no se había acostumbrado. Si bien había tratado de convencerse a
a llamarla el tax
o lugar", respondió ella levantando
zapatos de cuero negro en el pasillo de l
enta de que eran las ocho y media. Lo normal era
la de estar y se hundió en el sofá, sin
stá tu casa?", cuestionó una v
nte que se dio cuenta de que las cortinas aún estaban cerradas. Aunque el sol ya brillaba con intensidad afuera, e
un año ella observó cuáles eran sus gustos y disgustos y los tuvo en cuenta, de manera que trataba de no enojarlo,
o el hombre no había cambiado ni un poco y seguía comportándose como el
él siempre había sido generoso con ella al
uida se puso de pie, la miró fijamente y
y no encontró otra cosa aparte de su auto averiado en la carretera. Pensar que ella podría haber tenido un accidente casi lo vuelve loco y ahora que estaba d
mudeó ella sin cómo c
medio de la carretera, salvó a algu
e se burló: "Bien hecho, Rose. Creo que te había subestimado. Tu teléfono
llena de sar
ras cuando se encontró con los ojos fríos del hombre, por lo que bajó la cabeza de nuevo. Ahora estaba demas
u matrimonio, no esperaba q
confiaba en ell
s recordar siempre que sigues siendo mi esposa. No deshonres mi ape