taba allí. Con una sonrisa, le preguntó: "¿Por qué
esta y le preguntó: "Enton
prosiguió a explicar: "He vivido aquí durante tres años, así que tengo muchas cosas que e
sponder, Terrence sa
sonido de su auto arrancando. Una vez que estuvo segura de que estaba s
vida. Realmente no le importaba lo que él sintiera por ella o si la detestaba. Mien
o el día en que él finalm
de vuelta, y su única
este matrimonio que no debería h
cosas. Cuando llegó a esa casa por primera vez hacía tres años, llevaba una maleta grande y se l
tarse de su fantasía, y en lugar de Terrence y un
ente a sus maletas, Julia
qué estás haciendo? ¿Y estas maletas? ¿Qué sucede? ¿Acaso te vas de viaje
una noche tan difícil, finalmente pudo controlar sus emociones. En ese inst
fuera su propia hermana, no puedo permiti
ivir contigo durante un tiempo, ¿qué te parec
ssa puso los ojos en blanco an
empacaba y se iba con su agente por un tiempo. Julia pensaba que separarse temp
ionar sus problemas ni una sola vez, por lo que siempre era Julia quien
a volver de todas formas. ¿No podías empacar menos? ¡Siempre haces lo
no volveré", murmur
guntó Vanessa despué
go, suspiró y le contó lo que había sucedido: "Terrence y yo hemos
omo si hubiera escuchado una noticia bomba. De
errence ya para el resto de su vida y por lo que no e
na sonrisa cansada, y continuó: "No soy la mu
estaba triste, sonrió e inmediatamente cambió de tema. "No importa, es solo un hombre. No te preocupes, te
agente o mi alcahueta?", di
por ella y cuidándola siempre; ahora, todo lo que quer
a que era una mujer divorciada, si no ha
nde de cómo lo veas...", dijo Vanessa, charlando aleg
iente espacio para que ambas vivieran cómodamente. Una vez allí, Vane
supo que quería hacerla feliz. Sin embargo, en el
oductor para que comiera con ellas. Le contó a Julia sobre sus planes
su habitación viendo un programa de com
a y que le era imposible estar allí otro segundo más. Entonces, de
s de sol y el sombrero y se
rillos, comida y vino; la música era tan fuer
s sudorosos en la pista de baile. Mujeres hermosas se reían entre la multitud y s
temperamento frío estaba fuera de lugar y atrajo muchas miradas e
a docena de cervezas y be
ce antes de irse, y en cómo se preocupaba por Jean. No p
ntre ellos un hombre llamado Nelson Xu quien, a su vez, llamó a un h
una rápida mirada a Julia, quien ya estaba bastante em
álido y ligeramente enrojecido en las mejillas le pareció tierno y encantador. C
ersión de Julia le parecía imparable y atrac
, se dio cuenta de que un par de h