img ¿A Donde Van?  /  Capítulo 2 La llegada | 33.33%
Instalar App
Historia

Capítulo 2 La llegada

Palabras:2900    |    Actualizado en: 17/06/2021

os que reci-bir visitas en la casa. Me suelto el cabello para desenredarlo este año ha crecido más que lo que

jo antes de bajar, vaqueros camiseta y zapatillas – sip estoy bien – salgo del cuarto y bajo l

ódico y me regala una sonrisa que hace que

aber cenado contigo ano-che. Tuve

en... qué

cosecha, te imaginas si todo sale bien en esta vendimia no solo tendremos tiendas en Seattle ,Vancouver y New york sino también en Flo

ro tratar de disimular mi emoción pero no puedo Floren-cia es la c

de la alegría de saber que v

maba F

estuvimos ahí no hubo un solo lug

iste a esos

bien son accionistas de su

¿J

ar por la mañana – papà ya lo había visto. Los nervios que trate de aplacar durante toda la noche regresaron

rchen bien y ojala podamos h

e eso so

hay racismo algu

guste nuestro

fa con la mesa para el desayuno – mi padre vuelve a fijar su atenció

está preparando un desayuno como par

enos

iracle b

eno – señalo los rollos d

ritos de Jim a

verdadero milagro

lgo antes d

raro antes solo éramos papà y yo, y ahora hemos agreg

al comedor. Papà a la cabeza de la mesa. Yo a su mano derecha y Jim a su izqu

la vajil

s visitas ¿Cómo me veo? – abro mis brazos hacia los lados y

s puso alerta miro a Tita Olfa y ella a mí, conozco solo a una persona que porta amas en este lugar y es porque papà se lo permite. Los gritos y el bullicio luego del disparo nos

pregunto al lle

se auto pero se ha negado a deci

s un bunquer de máxima seguridad,

ad es mi responsabilidad – Braulio se ve realmente molesto, Brauli

ntequilla y de un largo de llega a su barbilla lentes de aviador y una barba de unos tres días nos habla, Braulio parece querer matarlo

a necesidad de derribar la verja – miro hacia el chico que ahora s

pasa encima de la verja ter-minado de dañarla, mi padre llega a mi lado y el auto se apa-ga,

Charles – papà parece algo molesto por la verj

la recuerdas? – mi padre me presenta pero Jim no se mueve, no s

beza y sus ojos azules como las aguas del lago escondid

él parece no notarlo porque

entas y alguna m

será mejor que p

ro de

alien-to pero nada, estoy bien no entiendo la razón por la cual me ha ignorado, quiero molestarme, pero recuer

ró tanto en hacer para Jim fueron también ignorados por él. No los probo, no los miro paso t

eparamos para él – dejo el rollo de canela a mitad de ca-mino, ya

lencio. Jim con la vista fija en su teléfono y yo lan-zándole miradas furtivas para ver si veo alguna expresión de dolor o rabia en su rostro, pero que hay. Nada. Eso es lo que hay nada s

mi-rándome sin ninguna emoción en el rostro. ¡¿Qué demonios le pasa a este chico?! Calma perdió a su madre hace cinco meses – puedo ayudarte a desempacar si quieres, y mientras podemos ponernos al día. Wow son trece años...eso es mu-c

para mí – que cara-jos... vamos Miracle, Jim está pasando por un momento difí-cil y quedamos en darle su espacio. Borro mi sonrisa del ros-tro y me hago a un la

ue termine de hablar. Parpadeo varias veces. Levanto la mano

rto y muy dentro de mí me duele que algo que haya sido muy cercano a ella y que se parece tam-bién mucho a ella haya desaparecido también como lo hizo ella. Sonrió ante el recuerdo de la muerte de Aton ese día todo fue tan trágico para mí que ahora que lo recuerdo no lo veo más que muy gracioso. Mamà había insistido en que fuéramos a Seattle para visitar a los abuelos, la abuela estaba de cumpleaños y las tres iríamos hasta la gran rueda para subirnos en ella y cantar cumpleaños feliz en lo más alto del cielo. La cuestión es que de camino a Seattle enferme por unas golosinas que comí y me hicieron vomitar tanto que hasta me internaron en el hospital de lo deshidratada que quede. Nuestros planes con la abuela no se dieron y al regre-sar a casa Aton estaba muerto en su pecera. Tal parece que Seattle me lo quita todo. Baje las escale

cucho la puerta

igo con la mir

la verja ¿te gustaría llevársela? – me pongo de pie, Tita Olfa me mira con una sonrisa en los la

e ha dejado claro esta mañan

éndose de hombros – tendré que

la cuestión es... si no quiere tomársela porque se la he lle-va

ces no lo molestes, solo lleva la limonada déjala cerca de la fuente y

r. Pero me de-tengo al mirar a Darla charlar con Jim ella sin dejar de enros-car un mechón de su cabello rojo en su dedo mientras masti-ca goma de mascar de forma muy exagerada y sensual y Jim muy sonriente. Le está sonriendo. Ahora que se supone que haga Darla no estaba en el plan de

para dejar la bandeja en la esquina

llamarme por mi nombre en español.

rlo – parpa-deo un par de veces y miro a Darla son

y me doy media vuelta en

a de su lado. Los ojos me brillan de emoción... ¡es Saúl! Esta aquí y además lleva puesto el sombr

n santiamén se bajó del caballo y me re

que te vi – me sonrojo un poco Saúl si

ndo l

te gustaría ir a ver conmigo los viñed

o primero t

vaso, tu vendrás conmigo

im – saluda Saúl y

l. Pero para mí consuelo pasar la tarde con Saúl fue increíble hablamos de los bien que le va en la universidad, de lo mucho que nos extrañamos.

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY