sa frase, levantó la vist
a distinguir su hermosa nariz aguileña. Las largas pestañas de sus grandes ojos se movían como alas de ma
bía mejorado bastante, Dyla
mientras su barbilla apunt
cirle, Cassie dio un paso a
aire fresco. Estaban en plena temporada de invierno, pero solo llevaba e
y la miró sonriend
el cañón cuando el ascensor lleg
rcaba demasiado a las mujeres. Si no hubiesen divulgado esas fotos, todas las chicas de Ciuda
e, era natural que la prensa quisiera aprovec
se quitó el abrigo que llevaba encima
unca antes había mostrado delante de
y trataron de fotografiar la memorabl
: "Señor Lu, ¿ella re
nda a mi pregunt
nte aturdida. Fue entonces que él le susurr
labras, ella contestó sonri
mientras estiraba el otro para bloquear los
as a todos. El señor Lu no brindará entrevistas el día de hoy. En cuanto a la identidad de esa mujer, no hagan
e muy caballeroso, le abrió la puerta y usó su mano para
io tan pronto como escucharon la noticia. Las fanáticas llevaron carteles con
iana edad observó a la pareja con el ceño fruncido. Marcó un número en el teléfon
on Sunny?! ¡¿Por qué está c
a mostrarse frío e indiferente. El a
s, rompió el silencio y preg
de hablar, Dylan la miró e hiz
bajo y pensó: 'Maldita sea... Creo que acabo de
en voz baja con su voz grave y melosa: "Memoriza el guion y la
erceptó diciendo: "¡Ya lo sé! Si cometo algún error, no me prestará
con atención. El archivo contenía
os. El hombre m
esidente de una compañía que vale más de 100.000 millones de dólares. Es el primer hombre
ientras estudiaba en la universidad. Tras ocho años, perfeccionó esa pequeña empre
or qué este nombre me resulta
'¡Demonios! ¿Este no es el nombre d
bre Dylan. El nombre le resultaba muy familiar cuando empezó a redactar la novela, sin embargo, no podía recordar dónde l
ró algo extraño. Señaló la hoja de papel y le
rencia y respondió se
de talentos. No quería que pensaran que había escalado alto por s
minó de inmediato con una sonrisa. Tomó su man
alegre expresión en su rostro
gatito perdido, pero ahora estaba fel
algo difíciles
la aseguró: "No voy
a triste por lo sucedido, pero ella jamá
del hotel y se detuvo en una intersección
elta y preguntó: "Sr. Lu,
an volteó la cabeza, miró a Cas
ción, se dirigieron hacia a
onamiento, por lo que se detuvo cerca del mismo. Las vivie
a casa", dijo mient
", ordenó él después
Ah?
r un instante, pero luego lo llevó
on pintura roja, tres grandes palabras: "PAGA TU
bolso para abrir la puerta
pudieron observar que estaba t
sido derribada junto con todo lo que tenía. La cristalería que estaba sobre ella estaba hecha peda
dedores de la diminuta
ordenar las cosas y se disculpó: "Lamento mucho este lí
escuchar sus
ntó con incertidumbre:
se le acercó y le dijo: "¡Cassie! ¡Por fin has vuelto! Esos hombr
oto familiar. Cuando Cassie giró la cabeza, sus ojos se p
os de aquellos tiempos felices. Sintió que la habían apuñala
le dijo sollozando: "Lo sé, Rita. Yo...". No pudo terminar la fras
reguntó: "Dime, Rita, ¿sab