e pude de Santiago, estoy enojada, herida, furiosa, por un momento pensé que podí
puedo entender, aparte tiene su indispensable computadora para mantener el orden en su empresa que sigo sin saber de qué se trata, su amigo manos derecha que detesto con todo mi corazón,
entonces pasa de largo y se dirige a mí, dándome u
señorita, ¿gusta
en estos momentos es cuando tu estomago se pone en huelga y no acepta ninguna comida si no quiero
ahora viene preocupado después de días, o meses, sobre mis calzones- te estoy habland
ta se retira al ver la cara de Santiago indicándole que se fuera o en poca palabras que se largara, se acerca a mí y me mira hacia abajo sin ninguna señal de tranquilidad- párate- niego con la cabeza, intentando aclarar mi mente- di una orden- sigo sin moverme, mis piernas tiemblan sin parar-PARATE- lo miro a los ojos y me paro como si fuera un fantasma, mi san
echo de hacerme nada
a enamorar, con sus actos, olvídate de que no te castigaba por no herirte, de no cumpli
as a estar cerca de ti, cuando yo solo quería ser libre, y cuando por fin lo iba a ser apareces de la nada, matando todo
- me atrae hacia él y me intenta besar, pero corro mi cabeza, jamás me dejare besar de nuevo,
en la cama y me pone boca abajo en su regazo, el vestido que
or haberte movido cuando intente besarte y por gritarme- levanta mi vestido hasta mi trasero, me m
cuentro con él, pero no puedo simplemente perdonarlo, me duele saber que solo la lastimada fui yo, yo tome las pastillas, él solo se tenía que acercar a unos metros y no le dolía, yo sufrí, y ahora mismo digo que es tarde, es tarde dar el tiempo atrás y decirle que lo quiero, que si siento algo por él, las nalg
simplemente me quedo en su regazo sin decir
o que sus zapatos se mueven hacia la puerta saliendo de la habitación dejándome sola, mis lágrimas me traicionan y lloro, lloro sin saber porque