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Historia

Capítulo 4 La confrontación

Palabras:1309    |    Actualizado en: 02/09/2021

isla entera, había muchos carros de últimos modelos, se ponían notas unas avionetas a lo lejos y mujeres

bra, solo podía observar a mi alrededor y unía piezas de la cantidad de dinero que Simón tenía, y ahora entendía y comprendía por qué se le hacía tan

fotos? – Preguntó aquel h

ella. – Respo

tenías Simón, un monumen

ella no era parte de e

ra, ya

lorar porque al ver sus ojos, veías reflejada tu muerte. Un hombre de unos 62 años tal vez, quizás un poco menos o un poco más, cabello castaño con

taciones, Simón cerró la puerta, me

No me causa lástima

me enamoré de ti, y esto no es

e duele venderme, a miles de hombres que

que tú tampoco entien

í estaba sola – pero ya no me podía permitir llorar por algo que no tenía remedio, porque sentí que por mucho que quisiera hacer, no iba a lograr nada, y de momentos solo pensaba en que tal vez suicidarm

r la semana siguiente por mí e irnos lejos a vivir juntos donde nadie nos pudiera molestar – ¿Qué bello no? – a veces las personas malas intentan aparentar que son buenas con

manos, por el bienestar de ellos, entiendo que no quieras ya ni verme, pero te puedo asegurar qu

o no lo hice, no lo hice porque simplemente no pude; ¿Debilidad? No sé si fue eso, o fue simplemente el hecho de que ya dijera lo q

egocio de blancas, pueden tene

idieron a

e nego

alieras embaraza, si ellos se enteraban buscaría

OCIASTE SIM

n, te vendí como la mejor d

ostituta, eso

ecordar esa conversación; me pasaron muchas cosas en menos de una semana, me casé, me secuestraron, perdí a mejor amiga, la asesinaron frente a mis oj

ar tranquila, nadie te toca

yo explote como una bomba a llorar, me sentía totalmente desconsolada, sentí que todo se me unió de nue

jamente, me detallaba exactamente todo el cuerpo, camino alrededor de la cama varias veces mientras me veía y luego de esos minutos dijo – Dudo que dures más de tres días

omé a la ventana y había dos hombres bajo ella, armados como era de esperarse, me acerqué a la puerta y se escuchaban pasos y risas y uno

nversión con nosotros, a

arme? Necesito

no has puesto resistencia, de igual manera si tratas de escapar

me desatara, fácilmente,

mpró a tu gusto, y no creo esperar hasta mañana,

ra pensar que hacer, y la verdad

me, pero no tuve el valor de suicidarme, tampoco quería morir asesinada, y la puerta de la habitación estaba con ll

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