lo
abril
Capital
un viejo y roído suéter con unos vaqueros que definitivamente habían visto mejores tiempos, su piel normalmente de un tono hermosamente por
oda extensión de la palabra, el hecho de respirar, de abrir los ojos, de tragar saliva
y no
e in
ompleta ine
os nueve meses, por que los tres primeros nada
za por su mejilla y
. Había salido una noche a despejar, una noche a sentirse joven, e intentar olvidar la pena
tomar aire, una de sus
perar la pérdida de quien más amaba en el mundo, ese día sus amigos Irina y Eliot, aquellos dos pequeños que conoció en el kinder y por los que había desarrollado
estaba sola con su mente, sus demonios y sus tormentos, se dio cuenta de que quizás, sí, nunca había vivido realmente para sí misma, no obstante, ruega por su vida anterior, una en la que al menos, era dueña d
tiempo fue esa, abrazarse, llorar en silencio y mantener la boca callada acatando cada orden como una fiel solda
econoce, su nombre es Sebastian, y jura que si bien es un maldito loco, posibleme
rde la piel, le duele todo. Levanta el rostro y mira a Sebastian a los ojos, este la observa solo un momento antes de suspirar y acercarse con lentitud, ella, Lailah, no se
, que va recostado sobre él como si otra forma no pudiera ser posible, Sebastan la aprieta solo un po
sabe que su silencio es una repuesta, "
los reconoce, son de Nina, la pequeña niña de quince años que habían traído hace diez días y contando, Lailah pudo jurar que en cada grito le deslumbraba un retazo de lo que estaba viviendo en una imagen nítida, y si su sentido direccio
tebral dejando un retazo de miedo, ¿cuántas veces el
redominante, donde la gran puerta de coba brillante y hermosa se cierne a
s a Sebastian, no porque sea un buen hombre-no es el peor de ahí-de hecho ahí nadie lo es, sin embargo, él, el que ahora mira en dirección a ambos y espera sentado con tranquilidad en e
á de unas cuantas lágrimas, sin embargo no lo hace, no derrama una sola gota, no se aferra a un hombre que si bien es un po
ilah levantando su cabeza y dejando a descubierto su rostro. Diablo observó con detenimiento los ojos inchados, los labios partidos, las contusiones en el que definitivamente fue en algún momento un bello rostro femenino al cual admirar, sin dejar de
te que poco a poco ha quedado reducida a nada-se agachó un poco y acercó el rostro dejando que su aliento con un leve toque etílico le llegara-¿De qué t
no di
ctos, corruptos, asquerosos delincuentes, tú, la señ
finitivamente si Diablo no estuvier
iendo que su cabeza chocara con el bo
siendo castaño, su cuerpo bien construido y su porte lleno de superioridad-Te he vendido-un pequeño silencio perpetuo inundó la habitación unos segundos antes de ser roto por el movimiento de la mano de Lailah cuando comenzó a temblar levemente-Es u
damente antes de llevarla cargada aún con algunos espasmos hacia la sala XY donde se alistaba la mercancía, ya era normal verla así, tantos golpes, gritos
piensas Lailah, por eso t
y lo botó en el cenicero ll
de la ciudad, tres amigos organizaron una reunión, que terminó con la muer
al club
so al desastre conv