via ha traspasado la barrera de hojas que nos brindaba el árbol. Empiezo a guardar todos mis utensi
con la punta de mi pie. Ref
os con un bostezo.
os prisa, se apro
es más fuerte, arrasa las débiles ramas y troncos, al igual que marchita las madrigueras de algunos
do por la tempestad -exclamo, he dejado
los hombros rectos
ejaste que
a oculta, dado que lo he dejado a mi lado también por el hecho de que me
Arruga sus labios, sin embargo, me di
, así que podremos demorarnos alrededor de cinco días para ir al sur y encontrarlos. -La capucha me cubre medio rostro, ya estoy empapada y él peor. El líquido frío
escucha gracias a la intervención del
ón, mucha
que nos quedemos más de una semana a la espera que la lluvia cese y cuando se despeje, ya los trolls no es
despistado casi cae de b
puedes hacerte daño como hace unos segundos. -No lo suelto, es mejor mantenerlo
nombre. Conozco algunas zonas, pero a la que vamos no, mi padre sí y recuerdo muy poco
esuello titiritando. LA frígida brisa traspasa mis ropas y cala m
o lo
o ha pasado por aquí y las pisadas extinguieron la yerba. -Señalo con el mentón la
imos durmiendo cerca de
ostumbran
a mueca. Dejo de sostener su
cede -
erte lluvia ha extinguido las llamas. Los cuerpos despellejados en el cen
s -susurro al sentirlo cerca-, hay que tener
¿ento
ndete. No estás preparado para una l
as en su piel me demuestran que fue enviado por Odín, es curioso que lo hayan asesinado tan rápido, se supone que los combatientes enviados por este dios omnipotente son fuer
uedes
es viajan con celeridad al norte
as cabañas, quizá te encu
acue
, grita. Estaré allí
ano. No guardo la espada, pueden llegar enemigos
métricas. Sé para qué son y me servirán demasiado. Le quito la armadura a uno
trado algunas
l traje. Lo observa
re también. Aunque si tengo la oportunidad de comprar una loriga mejor, ten por segu
que parece de mi tall
campado, así que no duraremos mucho para llegar al área meridional. -Saco de mi cinturón un cuchillo, tragta al tenerlo
r los armazones de los lechos, debajo de ellos se puede
mos lad
o-, ya que están muertos y n
que me encuentre como una d
ibundos, reunirán la poca fuerza que poseen e intentarán asesinarte. No dudes en rematar s
y trolls
al instante al lado de la chimenea. Me agacho para recoger las perlas-. T
dré en
caer otra cos
Si no lo hacemos moriremos de inanición o
é que no opina lo mismo, pero debe de conform
caré
otro hogar. Necesita estar solo p
✺
sangre de las heridas fluir. Intento erguirme, pero no puedo. El cielo azul me saluda, la furia me inunda. Me levan
se jacta. Su barba trenzada, las intrincadas runas y l
lasmado en mi voz. Muestro los dientes al se
intentando recibir el suficiente oxígeno. Dejo
que su puño impacta con mis antebrazos, m
golpe. Descubro la mitad de mi rostro para devolverle el ataque,
bros para ent
reí que los
tellos lo que apenas vislumbro mientras nuestra pequeña reyerta evoluciona, se mueve demasiado rápido, pero se can
sueños,
. Me dirijo donde se encue
! No importa si este era una deidad menor, per
l susto, retrocede afligido con la mirada puesta en cómo
eza caliente, ¡hazlo cua
nto -tar
vo más
trofeo para él. Mantente al margen, ¿cuántas veces me tocará repetirlo
hace que lo suelte. Aprieto más mi agarre, si me toca z
me disté en su clavícula -solloza, asustado. Suavizo mi afiance
sobar su bícep, la marca de mis dedos está impresa en su piel. Frunzo los labios, le he hecho dañ
joyas -mur
entendible, pero por su es
nos servirán
hombro tropie
e caces. Así podré ver tus aptitudes que p
ón. Giro su rostro hasta cas
se abren más-. Deberías estar feliz, porque jamá
se desencaja,
o.
entro de poco
is costillas que se resienten con cada respiración, solo las heridas su
✺
nduce al septentrión, pero baja del sur. Así que debemos ir en ese sentido,
r se reunían con él para divertirse; dicen que sus agu
ca beberé de esta torren
tomarla, te p
lo fuese... ni estando moribunda de sed lo bebería. -Agar
muerto justo ahí si mi
eja. ¿A qu
sonrían por ti
.. l
ojeada ante
ediste que
r alguien
de que nacis
nde proviene el agua, sería arriesgado irnos por ahí, no lo pienso por mí, lo hago p
ara llegar al nacim
posar su mirada al mismo punto que y
dea
duraría
s días co
hombros, sus pupilas se agrandan al
a. Si hay algún enemigo, retrocede, pero si ves q
isa, los copos de nieve parecen entrar en ralentización y los chapoteos de pisadas apresuradas se mezclan con
e alivio es expulsado
buceo. Mueve su cabeza en aprobación; sus hombro
ción junto a sus mascotas. Nos hemos adentrado mucho en este bosque, en zona inhabitada por los human
s dos luceros grises me hallan. Bajo la cabeza como signo de respeto, él era
debo amilanarme-, tu o
frente, el vaho que expulsa su n
n joven en mi bosque?,
iado cerca de mis manos. Se yergue sobre mí, imponente. Por el rabillo del ojo veo como Óláfr
rir, solo deseo hallar un troll
l permiso
o puede ver mi rostro y si lo hace, sabrá de qui
e debía pedi
l momento que levanta mi cabeza con su inmensa pata. Sus ojos
labio. Sus filosos dientes se asoman, su trompa se frunce
ño de ellas se aparta de mí. Empieza a caminar en círculos, d
ién
ija -digo
ide un calor familiar, no entiendo nada en el instante que su
ento, p
ué.
era ningún conocimiento sobre ti, ni de tu padre. La diosa de la guerra
vista y el escozor de m
el perro gigante q
s dioses, con la pequeña que pronto sufriría por e
esin
dre
o, no tarda en acariciar las cadenas-. Tu padre tampoco
s. La droma* nunca te co
sto cuerpo. Le gruñe a Óláfr que tiemb
i comp
o dicho
-Fr
Envuelvo su torso con la piel que siempre ma
mi nombre. Padre me lo dio al nacer
on un gruñido feroz; su pelaje gris se alza a cada respiració
s, un hijo de Odí