recetara antipiréticos a Christin
ando varios medicamentos. Sin embargo, tan pronto como estuviera en v
. Al fin y al cabo, Christine tenía limitaciones físicas como cua
e consolarse con el hecho de que seguía viva. Era inútil confiar en su familia, ya que su padre er
de su habitación. La luz de la luna que entraba por la ventana aportaba un brill
dido la esperanza de que algún milagro le impidie
sma para escapar. Debía mantenerse lo más sana po
ijamente el cielo nocturno, su mente se centró en el pensamiento
odía confiar y que hacía que
un rato. Su verdadero plan era colarse en la habitación de Nathan cuando no
s lazos con su familia y esa maldita casa. Ya había ten
n sería un punto de inflexión en su vida. Para ella, esta era más horrible que la familia Ji.
por ella misma
o drásticamente en las últimas horas. La mujer pasó de ser fría y rencorosa a alguien que
do en una jaula, que de repente se emociona y s
jo con desdén: "Bueno, sal a dar un paseo. L
hombres. ¿Es que también tiene
jor que te quedes en tu habitación. Nos conviene a los dos, y así no me avergüe
escabullirse de esa prisión si se e
parte de la familia Ji y no tenía la capaci
edarse encerrada en su habitac
ente y al fin llegó l
que probarse los vestidos de novia y N
osos, como los de una prin
aba a otra persona, habría pensado qu
entro del probador, estaba prácticamente libre de la mirada vigilante de Nathan.
a. Ella aprovechó el privilegio que se le concedió, a
uturo, podría elegir un diseño que l
ra la boda, se preparó mucho. Al fin y al
s de novia no solo coincidían con su gusto, sino que el pode
obtuvo la libertad que habí
rla por miedo a que causara problemas. Pero, por orden
a él quien orquestó esa estratagema. Ella pensaba que él había movido los h
a recuperar su pasaporte en s
ba. Era una excelente oportu
en la habitación de su padre cu
n un entorno muy peligroso durante mucho tiempo y eso había h
ecía que había una espada afilada colgando sobre su cabeza. Si confiab
io no cambió ese hábito, ya que en su
hecho, quería matarla lo antes posible. No podía tolerar tener a nadie a su alred
ncontraría su pasaporte dentro de su habitación y en ningún ot
s cajones de su armario y su mesita de noche, e incluso miró la pintura aburrida que colgaba en la pared. Por fin, sus esfuerzos dieron sus frutos. Ella vio un extraño agujero, d
ró cuando estaba regi
manos su documento, pero tenía que fingir
a muy tarde, era complicado ma
'Descansa hoy y busca la oportu
cho de ver a su hija en su habitación y sabe
bediente', pensó él, aun sabi
jo que Karl le había pedido ayuda con los preparativos
o se opuso. No era el momento adecuado para ofender a la familia Helian, y Chri
tar las sospechas de su padre. Después de salir por la puert
n. Mientras respiraba profundamente, el aire fresco llenó sus pulmones y sonrió. Después abr