tamento quedaba en el piso número cuatro, al menos, no estaba tan arriba. Me dieron la factura y me indicaron todo lo que
aterrorizaba, pero podía ocultarlo, podía aprender a vivir con ello. En el centro estaba un cuadro de madera clara, lo de arriba era de mármol blanco y tenía el fregadero en la orilla. La cocina estaba al frente, junto co
e sonrisa en la cara y se le pasó cuando vio mi rostro, com
dejado de sonr
lo tratar con las
ue? -agrand
ero decir. Nunca habl
in
que no te agradaban y no
la prime
egra o
y Ryan saco su teléfono, relajo los hombro
te cuando encuentre a Masón y le molesté un po
muy un
iesta -mencionó-. Se veía devastado, empezamos a concurrir y
algo de eso. El año pasado ta
-preguntó guard
a veces me estresa no poder hablarlo con naturalidad con mis padres, ellos detestan el tema, siempre me dicen que debo dejarlo ir. Pero es difícil
o -confesé-. Y perdí la memoria
¿Los amigos que
o que sucedió. Pero esto -saqué un collar con forma de ave blanca y se lo mostré-. Este collar estaba ahí cuando me desperté y su olor, recuerdo que su olor
en lo que dicen las personas, así sean tus padres. Ellos no vivieron lo que tú hiciste, ellos no conocieron a esas pe
sí, pero es d
a es
t, daba igual. Sus palabras se habían quedado caladas en mi mente, en lo profundo. Este chico p
quiera hacerlo, no puedo recordar nada. Me frustraba pensar que había algo que me faltaba, algo que necesitaba recordar. C
a animarme le suelto una patada sobre lo mucho que me cuesta hablar de esto y lo poco que e
Rápidamente cojo el móvil y le mando un mensaje a Masón, no pretendía que el hiciera algo, pero debía
Masón estaba ahí, vestido informal, con el c
tan importante como para f
altar, solo l
na mucho p
s hablando como si fué
dos gotas de agua, pasaremos más
gí de h
o al pequ
ays
una m
rizó,
sa que había sacado, pero no se sintió correcto, había sido un pequeño gesto sincero. Salió con el móvil en la mano y me pidió una foto de Layson, se la envié a su número y me aseguró qu