be
con las mejillas sonrojadas y una sonr
en lo absoluto, más b
la alejó con un amague brusco
e. Estaba buscándote y m
e mi hermana? -No podía creer lo que estaba ocurriendo. Él
e sus hombros y sus ojos celestes destellaban llenos de satisfacción. Ella era perfecta, la mu
ente atónita-. ¿Qué tal te ha ido hoy, bebé? ¿C
erdo, ni lo mentiroso.-Bueno, pensaba que hablaríamos luego, pero como ya estás aquí. Hoy conseguido dos nuevas ofertas. Además, se me han ocurrido un par de sitios a los que me
e que podía escapar de esa situación, divagando con temas de trabajo. -Bien, te quedaste petrificada. -Parecía completamente i
e diría? ¿Le gritaría acaso? ¿Le cruzaría el rostro
cca puede ser muchas cosas, pero definitivamente no es una idiota y sabe perfectamente lo
iste nada que debamos blanquear. Tú deberías ir a disfrutar de la recepc
abas a punto de tirarte a mi hermana en público -. Dije finalmente sintie
con ella no estaríamos en una habitación de se
tra -. Si no le dices la ver
e culpable de algo lo sabrías, ¿no te parece? -se burló-. Por el amor de Dios, estamos en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, el dueño es
bien, desviar la situación para lograr confundirme. Pero esta vez no lo
para ponerme las m
le mal entendido -Me aparté de él
es? ¿Por qué le besabas el cuello? ¿La e
ano en el trasero. Alessia tenía las mejillas rojas
timañas del cobarde de Gregor-por si no es
nzó una mira
a entre ellos, era obvio después de toparme con las evidencias de frente, pe
riño. Esta molesta
ce más de un año -. Se acercó a mí y colocó sus labios cerca de mí oído -.
tes. Esa era la razón por la que me tenía de avión en avión. Env
s y casemonos ahora mismo! Pero no debes escucharla. Está mal que yo lo diga, sin embargo tu hermana es una arpía y te envidia, siempre lo hizo p
utiendo, mientras todo ante mi
mentira que escuchaba. Sin saber lo que hacía abrí la puerta de un tirón
lá de un grupo de hombres, donde había una escalera que llevaba
ertido en lluvia, y el vi
aría algo así, con tu hermana. Pero sea lo que sea de lo que estés pensando, quiero que sepas que soy tuyo. Eso es lo que importa ¿no? No debes escuchar a tu hermana, e
e me escapó por los labios antes de que pudiese procesarlo. Mi voz
me hubiera ocurrido indagar porque confiaba en él ciegamente a pe
estoy
o es tan difíci
bec
n la azotea, pero
Gregor! Estás engañándome. Qu
lessia como si no supiera qué decir. Por primera vez en su vida estaba asus
da de incredulidad de mi hermanastra -. En
Lancé una amarga carcaj
ro fue mi inacción lo que me puso en
mi media hermana llevándo
to me hizo estremecer de rabia-. Es solo que no actúe a tiempo, Becca. No la rechacé y
. Te acostaste con mi hermana mientras yo dejaba mi vida y mi salud mental para hacer crec
o cuando, desde que era una cria e insistias en ir a verla-. Me miró a los ojos-. Sin embargo, dejando todo eso a un lado. Sabes que te amo y que no me
dolida, negando debilmente al escucha
r mi mejilla, pude escuchar cóm
erdo con él? ¿Fue una a
ara hablar, pero Gre
vocada, ella quería todo esto. No me extrañaría que
ti?!-pregunté casi a gritos m
tes se clavaro
Yo solo le creí, me dijo que estaban mal hace tiempo, que no te
ó a ll
amo como a ti o que me casaria con ella y eso se debe a que
eseado que él me dijiese que no podía perder
entros, me maldije por no haber visto las señales: Reuniones nocturnas, ocultar el móvil
y saludos entre ellos significaban mucho más.Me pregunté si la esposa de mi padre también estaba al tanto de su vida
n, amor? -preguntó e
e no estuvieran engañándome? Desde que te descubrí en aquella fiesta nunca dejaste de m
omo si hubiese más, mucho más
emí -No quiero volver
imí un gemido. Me negab
n segundo más. - ¡Por favor, basta de reír de una vez! -grité, dejando salir toda la rabia conteni
do y todo s
pero lo di un empellón-. No llor
. No te atrev
esto también te perjudica. ¿Cómo te gustaría arreglar el asunto? -Se movía de un lugar a otro nervioso-. Estoy dispuesto a casarm
s y hasta sentí pena por ella. También h
ero no podía desearle un mal así a mi hermana. Habíamos terminado y esperaba que ella también
as, comencé a moverme hacia la puerta sin dejar de mirarlos -. Puedes esp
los últimos años de universidad y quienes pag
o escuché que recordasen eso cuando les dejaba cuantio
a se desencajara, pero antes d
e mezclé con los invitados de la fiesta sin mirar atrás, forzando una sonrisa falsa mient
a coger al ascensor al
a amado y esa hermana con la que tan uni
me el agua que caía por mi rostro riendo como una loca, llorando con fuerza, gritandole a la nada. No sabía a dónde ir, de lo único que estab