na yanta obligándola a regresar a pie. Agotada y con ganas de irse a la cama forzaba a sus
endas de uno le restara tanto tiempo a su vida. Pero asumía una labor muy importante, y era m
empleo. Quien le brindó la oportunidad de salir adelante sin la ayuda de nadie. No pensaba dejárselo a los
o le estaba agradando. No es que les tuviera miedo, pero era molesto recibir tantos ataques
obre los brazos... Odiaba a esos tipos, en todo estaban metidos. Seguramente para n
e abriendo enormemente sus potentes ojos ámbar. Del coche se baja un tío enorme con gafas oscuras, e
ha violencia le tira al piso la bolsa con comida. Lueg
te pasa? Le grita
que reconsidere la prop
ntra la verja de metal. La chica pestañea rápidamente dándose cuenta que los tíos
as enormes lágrimas que salían de sus ojos. ¿Cuánto más aguantaría tanto acoso? ¿El museo valdría tanto la pena? No se merecía tanto maltrato,
Se puso en pie, limpio la parte trasera de sus nalgas para disponerse a proseguir el camino a su casa.
mesa que se había hecho, esos mafi
.
el casino más grande que existía en toda Tampa (Estados Unidos). Atraviado siempre de traje Arma
cativo con sus empleados. Era catalogado como arrogante y prepotente, y sin hablar de su
n para él. Que alguien le robara en su casino era como no volver a ver a esa persona nunca más. Los empleados lo sabía
s, los más grandes que se hayan podido ver. El magnate quiso innovar Tampa construyendo casinos, rompiendo con los es
chicas, las que se encargaban de atender a todo cliente que entrara al edificio. Ya
Dicen las chicas al unísono c
cas. Este les sonrí
cierto era únicamente para él. Nadie más que él entraba en ese, este esotérico ho
ue el último piso, era lo que podía decirse su hogar. Podría tener mu
de Lión fue a su secretaria Vilma. Parecía nerviosa acomodando su
Vi
ñor Walker. ¿Desea
llegad
rostro confirmo sus sospechas. Ella era menuda, blanca, pelirroja y pecosa. Oj
erca de ella tanto que la chica quedo en medio del escritorio y el
otra seguía dentro del bolsillo. Nunca se había follado
? Le susurra a un suspiro de