en otra ciudad lejos de mis amigos, de casi toda mi familia. Sabía que no
cuando él apareció en mi camino. En ese momento el mundo se detuvo para m
detuvo, mi respiración comenzó a fallar, me encontraba ta
o rápido y conciso. Pero no pude decir nada, ya que solo pasó a mi lado ignorándome por completo, volteé de inmediato notando que se encontraba saludando a una mujer que estaba a unos metros
todo el salón me trataría diferente, de que me harían a un lado, pero no fue así. Fui ac
las instalaciones del colegio. Al caminar por los pasillos de los salones de último año, pude verlo salir de un s
es más cascarrabias del colegio, podía entenderlo por cómo había sido recibida, estoy segura de que tenía que ser muy autoritario para lograr mantener a raya a todos sus alumnos. Pero t
lo vi hacerlo. Para no sentirme tan abochornada, tuve la suficiente confianza de decirles lo que
lo que sentía, pero pidiéndole que no se lo dijera a nadie que lo mantuviera como un secreto, ella al principio no le pareció raro porque más de una chica del colegio se sentía
sté un poco cuando levantó mi falda descubriendo un poco más mis piernas. Traté de bajar nuevamente la fald
llevó su mirada por todo el salón, aproveché ese momento para sacar los libros, pero al
dirle ayuda al profesor me preguntó si yo podría ayudarla. Al terminar los problemas que nos había dejado el
ba su cuerpo. Cerré los ojos por un momento, pero los volví a abrir cuando dejó caer sobre mi escritorio una tiza blanca, levanté la mir
por los nervios, sino porque todavía sentía su mirada sobre mí. Al conseguir el resultado del problema, el timbre co
uedábamos nosotros tres. Mi amiga se apresuró a arreglar sus cosas,
critorio, mientras mi amiga se encontra
zón se detuvo al escuchar
ista, ni en los cuentos de hadas, pero al
rando que lo había comenzado a sentir por el pro
ente, quería que me notara, que supiera que existía. Como una a
har que era su cumpleaños, tuve que hacer un poco de tiempo hasta que consegu
n busca del mejor regalo del mundo. Luego de mucho caminar, entrar a tiendas,
su valor. Tuve que volver a casa con las manos vacías, sintiéndome triste por no tener el dinero para comprar ese relo
o. Al cabo de unos días logré conseguir trabajo en una pequeña tienda que le pertenecía a los abuelos de Melanie, por los c
, reponer los productos y solo de ve
ue trabajar la última semana del mes. Ya se me había hecho costumbre salir corriend
muy bien esa colonia y a quien pertenecía. Al girar me encontré con el profesor Fiore caminand
a que no lograra reconocerme -¿Dónde
-traté de distorsionar un poco m
mi cabeza contra el estante -No olvide
llegar el viernes no pude hacer nada para evitarlo. Un poco avergonzada tuve que soportar la clase del prof
o. Mi amiga me tomó del brazo para caminar a la salida, me detuve en medio del salón cuando él me p
erlo -Si me hubiera dicho que tenía trabajo después de la escue
señor -levantó su mirada -
los mejores -me tendi
con un poco de n
a donde había un pequeño mensaje en la parte superior "Los duraznos
oja sin poder esc
alguna forma de darle el regalo, sin que
minutos, esperé un momento cerca del salón, rogando para que saliera por un café o a
ando lo vi salir del salón con dirección a la pequeña tienda pa
Antes de salir del salón mi mirada se puso en un libro que se encontraba en el escritorio, sin pensarlo
ás lindos desde que a
Me g
envoltorio de regalo en su maletín, y la expresión de confusión que puso cuando encontró el regalo. Al ver la
or un momento pensé que no le había gustado, así que armándome de mucho valor
mirada a todo el salón, con una expresión de molestia, tomó l
leta idiota. Pensando que mi regalo también había terminado en la basura como aquella n
eso quería decir que no me podría seguir ocultando de él. Traté de que todo volviera
una compañera de trabajo llegaron a mis oídos. No pude contener mis lágrimas en ese momento, cuan
ue lo que sentía por él fuera solo un amor pasajero, pero no lo era, cada vez dolía aún más, y el saber que
r como la profesora con la que se lo
ugar para no comenzar a llorar -Hablaremos
tan confundido con esa última frase. Vi como abrió el libro para llegar hasta la última página
erer solté un sollozo llamando la atención de todo el salón. Solo pude disculparme
a primera en salir, trataba de mantener mis tareas al día, y prácticame
sentía no pudo desaparecer. Seguía amando a mi profesor como el primer día que lo cono
de no volver al colegio, de comenzar una nueva etapa en la universida
s parecían estar muy emocionados, Melanie había estado a dieta
para comenzar a llorar. Todos mis compañeros salieron corriendo del
presencia del profesor Fiore en el salón. Al escuchar su voz preguntándome por
viendo. Terminé encerrándome en mi habitación hasta que llegó la noche, quería que con cad
abajo buscándome, para ir a nuestra fiesta. Al no obtener respuesta escuché los p
mi habitación, encontrándome en la cama hecha bolita. Mi ami
onvenciéndome de arreglarme para ir a la fiesta del colegio. Tuve mucha
ataba de maquillarme. Cuando nos encontramos listas mi madre nos llevó hasta el colegio
do me abrazó y me dijo cuanto me amaba, permitié
del colegio se encontraba tan decorado y ambienta
ró emocionarnos a todos, sabía que este era el adiós definitivo. Que
as horas de la noche, un taxi lograra sacarme de este lugar.
cede? -s
mas -No puedo, te juro que lo intenté -ell
dre para que venga por nosotras -asentí limpi
la
ecesitará para el próximo año -trato de arreglar mi maquill
l mismo lugar donde lo vi por primera vez. Limpié algunas lágrimas
ocupaba para tomar las clases del profesor Fiore. Caminé hasta mi antiguo
ambién
ar la mirada encontré al profesor Fiore a un lado de su escritorio. En ese mo
é al libro, deseando que no notara
perando que mi ami
haré yo -levanté un poco la mirada -Se que fuiste tú quien dejó ese regalo en mi maletí
ro
mpo en una pequeña tienda para comprarme un regalo de cumpleaños, redactaste una nota preocupada de que no me hubiera gustado tu regalo -quería desaparecer
empo, el profesor Fiore
o.
í? -esa pregunta cayó sobre
esperando que
mirada -¿Qué te parece
nervioso, dejándome notar que se encontr
as, lo mejor será salir mañana -esto tenía que ser una maldita broma -¿Qué te
de Fiore, y así hacer lo que siempre había deseado hac
elación, luego nos comprometimos y é
amá? -dejé un beso en l
edes -me acerqué a mi linda niña -L
su tono de voz era casi un susurro -¿Quié
e la habitación encontrando a mi esposo
zar a mi profesor. Nos quedamos un momento observando a nuestros pequeños. Levant
amo -susurró c
de que apareciste en mi vida -acar