-esa no era la voz grave de su
ta de que su mayor j
ara tratar de verle la
haron- Tú no me dices Ca
¿Quién eres? -preguntó mientras se alejaba del cuerpo hac
s ojos de color azul, la nariz de botón, los labios gruesos y las mejillas rellenas teñidas de un tierno color rosa, su piel blanca y
.. -era la misma voz dulce que había est
ra vez que veía a ese chico, su vestimenta era
cías... Hasta que ellos... -un atisbo de rabia en su voz- ¿Recuerdas la tabla que encontraste en el armario? -el castaño asintió- Úsala. Por favor, úsala y contáctate conmigo. Al meterme en tus sueños, estoy usando demasiado mis energías... Prometo
o entendió el pedido, a
us ojos con sus deditos, cuando los volvió a abrir estaba rec
ía sido
dije, en la otra, el puntero de la tabla; supo lo que debía hacer. Se levantó a lavarse las manos para dirigirse a la habitación de
la antigüedad que reflejaba, sacó el puntero del bolsillo de su chaqueta sintiendo la misma curiosidad de hace rato, miró por el redondo vidrio, notando como el cuerpo de quien ahora conocía como "Little" estaba sentado enfrente, expectante, le
carraspeó y preguntó: -¿Estás aquí? -el puntero que tenía ba
ar sí y escuchó una leve risa, pensó que sería por algo malo hasta que notó lo estúpida
uedó quieto unos segundo
e manera rápida y con
ó preguntar lo que más le daba c
segundos- "Hace años, tú eras mi pareja" -aquello lo confundió
Q
s sueños para ahora pedirle entrar a su mente ¿l
er la duda decid
que dije... Invadir tus sueños es distinto a entrar a tu mente con au
ente a un espíritu, le daba la oportunidad de hacer lo que quiera
algo que te conecte con él, en este caso la tabla en la cama, por
atir fuerte y sus pulmones pasaban tan intranq
a si no obedecía lo que le pedía; toda la noche había estado cerca de él, siguiéndolo, acechándolo incluso cuando aún no se había bajad
po, dijo alto y fuerte- Sí. -mojó sus labios
y no los abras ha
ío se esfumó y entonces lo vio: Thiago Attwater, sentado en frente de é
comenzó s