sin saber por qué me había dejado de preocupar, a cada uno de mis lados iban apareciendo estatuas, primer
de su superficie mi ojo examinó detenidamente, parecía de mármol, luego deduje que tenía forma d
, luego se deslizó por las piernas hasta caer al suelo, donde se evaporó, de su piel se empezaron a distinguir venas y arterias, posteriormente sus gemidos se volvieron más agobiantes e intensos, de su dedo pulgar izquierdo apareció un colgante. Tarde en decidirme, pero al final acerqué la mano para coger aquel accesorio, cada centímetro que mi mano se aproximaba a la figura de mármol más miedo me causaba, comencé a notar el sudor en mi frente, sus ruidos vocales no tenían ningún signific
do describir. Dentro había un pequeño papel doblado y con las esquinas
poco ya no
io seguir teniendo el colgante, así que lo tiré. No sé lo que sucedió, pero cuando volví a mirar hacia donde lo había tirado no lo encontré, le d
aban tiradas por el suelo, pero no estaban rotas como la del colgante. Algo muy extraño, tampoc
on agobio en mis pensamientos, decidí seguir caminand