njas y el tiempo que estuvimos platicando estuvo mo
era un dolor soportable, debíamos movernos de este l
ado a salvo del tsunami por la altura a la que estábamos, debíamos bajar por el único c
ebajo del agua que no podamos ver, me preocupa que Tita aunque es muy fuerte pueda lastimarse,
suficientemente lejos como para que no nos pasara nada grave. Aunque si llegó el agu
ersonas que al igual que nosotros busc
pues la carretera está llena de basura, árboles, partes de
veía demasiada agua, pero con el pa
ente, y aunque aún es riesgoso, podemos caminar a través de el
e aquí, menos agua habrá, y
alimento, ellos tienen un refugio para este tipo de cosas y seguramente no les llegó el agua del tsunami. Sería bueno ir para qu
stedes - contestó papá. - tom
ta y aquí tengo tu teléfono, es to
el señor, así que decidieron que todos iría para allá, algunos también traían
da - que no saqué antes porque no les serviría y no quería perderla por si más tarde se necesitaba- una navaja multiuso
s nos acercábamos a la carret
s estábamos muy alterados, no es u
no pensar en todas las familias que no pudieron escapar a tiempo, las que si lo hicieron pero al igual
efinitivamente fue ver los cuerpos sin vida flotando junto c
ron que quedarse allí, con la esperanza de que no los alcanzara el agua, aunque estaba lloviendo a mares a es
os y ya éramos un grupo mucho más
staba inundado, pero aún había ba
es que tenían hambre, pero desgraciadamente estábamos muy lejos de t
ían suficientes como para alimentar a todos los que íbamos. Estos árboles d
los árboles, la mayoría aprovechó que ya estaban en el piso y empezaron a repartirlos entre los ni
ondoso árbol y corté más mangos, los metí a mi mochila y ahora me
lo mismo que yo y así c
die pregunta nada, nadie se queja
rente a sus niños. Vengo detrás de varias familias con niños pequeños y tiene que carg
radecida de estar viva, todo el trayecto ha estado hablando conmig