fue el inicio de algo que era nuevo para los dos. Hicimos un trato, y vaya trato... No sé a
*
a apoyado sobre la encimera de la cocina, es un paisaje increíble. Miro detenidamente como esa camisa se ajusta a su tonificada espalda y me imagino las maneras en que se la quitaré. Recorro toda su longitud
su voz armónicamente sensual y desearía que
de vino en sus manos. Me mira como planeando la mane
o sin rodeos y su media sonrisa debería ser pintada por el mejor arti
ue no sepas quién soy. ― Comen
s mujeres de España mueren y, respondiendo tu pregunta, no, no suelo hacer esto. En realidad, es la primera vez, pero, yo también estoy harta de sufrir por amor, de que por esa palabra controlen mi vida y quieran que haga lo que no tengo ganas de hacer. Quiero ser libre y pasarla bien.― Le dejo sabe
o debería ser ilegal para ti con estas piernas tan sensuales que posees... Serena, creo que tú y yo la pasaremos muy
renético ritmo. Las intenciones son evidentes. Sus manos dejan mi rostro y van directamente a mi trasero para tomarlo con fuerza mien
s que su camisa ha desaparecido para caer al suelo. Ahora es su cinturón el que me estorba, pero con él colando s
nturón― me quejo sobre sus labi
ntalón― responde y vuelve a besarme mientras que ahora caminamos po
mi próximo objetivo. Mi vestido ya ha volado por el aire y sus manos en estos instantes hacen de mis
bóxer hasta casi sus rodillas dejando libre su erección y no me equivocaba
la cama mientras se deshace de sus prendas y el seguir sintiendo la sensación de sus manos en mi me quema. Llevo mis manos donde estaban las de
entras que una de mis manos toma su intimidad y juega con e
tar en ti.― Me dice al o
, y definitivamente es la imagen más erótica que veré en mi vida. Est
mucho menos que se mueva en mí sin compasión. Ha sacado de mí el lado más salvaje y menos romántico que tengo, ha obtenido de mí lo que nadie ha tenido antes; una mujer sin corazón en la cama. Eso es lo que los dos nece
n sincronía cuando nuestros
re llegue de manera normal a nuestros pulmones
el borde de la cama y diviso donde está mi ropa para ponerme de pie y comenzar a recoge
o debo marcharme.―Digo
ecir nada de esto, no?― Me pregunta
upes.― Digo sonriente y me t
la sala y me dispongo a salir del piso cua
Es que la he pasado increíble.― habla serio
orarte de mí.― Digo firme
ale?― Propone y
respondo y est
ro así te lla
él mira alrededor y al ver su móvil s
que suene –Ahí tienes. Cuando tenga
ieres venir aquí me dices.- Propone y solo
*
abía sido siempre desapareció para darle lugar a esa nueva v