, 2016, Billi
ers/Capitá
a no es el uniforme del Capitán América, pues llama
o escamas, parece de oro, también note los nuevos collares de todas las ma
cambiaras?- le pregunto
o concentrarme y v
e ellas, se veía un destello brillante, veo a Ahmanet atraer la imagen que se proyectaba de no sé dónde y al hacerlo acerca la galaxia desde donde se ve el destello,
tantes viven sobre tierra firme y bajo el mar, aquí los llamarían sirenas y tri
he visto seres extraños o con magní
es no puedo decirle de otra manera, se adentra en el planeta y muestra una civilización activa, mercados llen
o de los ligres, creo que es Ramsés tocar mi pierna cerrando el circuito y siento ese jal
Ixos, para llegar al planeta Acuarian. Aparecimos en lo que es una gran explanada frente a
mascotas guardianes de Ahmanet cambian de actitud de pacifica a una amenazante, yo también me pongo en
se acerca y mi deber es protegerlos, soy la etérea, la protectora de la vida,
o que es el jefe de la guardia y lo más extraño es que lo entendí cuando hablo. Me vuel
, o lo serás pronto y por tal motivo debes pode
r a ciegas en una batalla, sin saber
y a destruirlos, pero no se preocupen
cercándose, varios de ellos sostienen un pequeño
Obidilia y te agradecemos el que vengas a ayudarnos y protegernos, yo soy el
a, señora de la muerte y guardiana del infinito y mi deber divino es protegerlos.- la e
sa?- pregunta una linda Joven a quien el rey Antiolo pr
mente su actitud y en verdad no deseo que Ahm
Acuarian, ahora el general Gortam le ayudara, solo
os, absolutamente todos los ciudadanos de Acuarian vayan a los refugios, su eje
n las islas vengan de inmediato, los refugi
l general retirándose pa
llegaran los invaso
- y la veo caminar al centro de la explanada y levantando las manos y
orma humanoide con sus armas en ambas manos, y veo a Ahmanet, que ahora brilla como si estuviera cubierta de oro, al acercarme
ro son igual de fuertes y resistentes,
acercara.- le digo dándole u
a y no sé si es un efecto óptico por el brillo d
con las palmas hacia abajo, y en el cielo se ve un destello y se ve como poco a poco una especie de campo de fuerza va bajando poco a
por una puerta en la base de la escalinat
del planeta, mientras los habitantes de Acuarian siguen llegando y entrando a las gru
tre menos puedan entrar, más tiempo tendremos.- escucho decir a Ahmanet mientras proyecta una imagen hologr
a de las grutas solo quedaban el Rey Antiolo, su
Ahmanet, estas b
soldados corrían a obedecer sus órdenes. Sacando mesas y sillones para que nos acomodáramos todos; así como carnes y frutas, los cuales al probarlos sabían bien, no quise pr
l Gortam su deber es proteger al Rey y a la princesa, así como a todos los ciudadanos de Acuarian, una vez que terminemos, pondré con su permiso majestad, ese trono a las afueras
los reclutas en entrenamiento así como sus comandantes de entrenamiento se irán a las grutas, debe haber un ejército que proteja a mi hija y su reinado, si todos nosotros caemos. General Gortam, lleve
para después hacerla entrar y cerrar la entrada a las grutas, la cual quedaba oculta bajo las escalinatas del palacio. Si no supiera que estaban ahí, no las encontra
la fortaleza, yo me coloque nuevamente a su lado derecho y Anubis se colocó a la izquie
un movimiento de sus manos esta se cerró y con otro movimiento vi como
tiolo ya con su armadura puesta y portando una lanza terminada en un tridente, una e
stalino con el que estaban construidos todos los edificios. Una vez terminado el sitial con el trono, ella tomo asiento en el
guiaras a los ejérci
s mi señora
tzu deí Anubis, sets ja" "Aknatzu d
isipo, dejando ver frente a nosotros, no menos de mil seres muy parecidos a Anubis, todos armados con las mismas armas que porta Anubis el guardián de Ahmanet; segundos después cientos de rayos comienzan a pegar en el suelo de la explanada, mientras el cielo se ilumina con cien
a Ahmanet, llevando una rodilla al suelo e inclinando la cabeza. Anubis fue a ponerse fre
e la vida, señora de la muerte y guardiana del infini
as horas correrá la sa
s sus guardianes también, yo estaba intranquilo pues n
cada impacto, de repente, vi como decenas de naves aparecían en el cielo, estas comenzaron a tocar tierra, algunas se dedicaron
bía enfrentado ya cuando invadieron Nueva York con la ayud
manet, ella los estaba ocultando, cuando los invasores estaban a unos cincuenta metros de nosotros, vi a los ligres, a las pan
ompieron t
ían a donde yo deseaba. Me respondió. No entendí
os invasores Chitaury se detuvieron y la observaron, esperando solo