treo de la ciudad, el silencio pod
cía más fuerte a medida que se acercaba desde la distancia.
tir un nerviosismo e inquietud sin precedentes. Los pasos que subían las escalera
inquieta, la puerta
r que alguien había entrado y se había detenido junto a su cama.
stá aquí! ¿
se inclinó ligeramente, lo que evidenci
lutamente incómoda y se alegró de que delante de ella hubiera una oscuridad sofocante. Apenas p
a, especialmente su fría línea de visión. Tenía el aire de agresividad propio de un gobernante, como s
boca y habló de
¿Quié
su cuerpo y se inclinó ligeramente
aprisionó completamente bajo su cuerpo. Su cuerpo se estremeció por el esfuerzo de soportar su peso. Se
los ojos y le levantó la ropa. Su suave y blanca piel q
trar
con voz temblorosa一 Yo...
Por
a al vino tinto, rico y meloso. Era un
r nada..., T
a voz extremadame
y tampoco debes
tan pura, y su esbelta cintura podía sostenerse fácilmente con una sola mano. Sus
ra lo
a el tacto tiern
raron en contacto con su cálida piel, ella no pudo evitar encogerse
arecer, pensó que su única pieza le estorbab
on que Camelia se pusiera rígida. No
n su pecho. Era como si sus latidos
. Con todas estas emociones pesando
ando empezó a arrepen
xperiencia, pero, como mujer, es algo con lo que se encontrará tarde o temprano. Sin embargo, al enfrentarse a este hom
la mano de un chico en toda su vida. Naturalmente, su corazón no estaba dispuesto. Sin embargo, no pudo resistirs