a una señora al parecer es la enfermera que la cuida, sin decirme nada me hace un gesto con la mirada, y yo sigo miro hacia todos los lados, y veo a mi mamá s
ablo, mientras ella me mira,
olvidado de mí, yo nunca me olvidó de ti, eres mi hija lo más preciado y de valor que tengo en
ya nadie va a colocar una línea de distancia entre nosotras, vamos a estar más unidas que nunca.
puedes mentir te conozco muy bien, y realmente no lo has logrado amar, siento mucho dolor que tú pagues las consecuencias de mis enfermedades, preferiría que me dejaras a mi suerte, para que logres ser feliz, se que muy pronto conocerás el amor verdad
hombre y créeme mamá que su ayuda ha servido de
s, según lo que te mande tu corazón, extraño mucho escuchar tu voz, siempre vas hacer mi niña. -Ella coloca su mano en mi pecho, me es difícil no sentirme conmque estoy empezando a desear otro hombre, que no es mi esposo, se que eso no está bien, necesitaba contarle a alguien que no me juzgara, tu eres esa persona, nunc
lando, no me asustes. - La observó mu
ando de esa manera, voy a gritar.
caricia con sus manos, e inesperadamente levanta su mano y con su palma me golpea fuerte la mejilla, dándome una cachetada, agachó mi
áyase y no vuelva a decir que soy su hija -ella me grita unas pala
nemos que suministrarle medicamentos, porque se torna muy agresiva, ya s
lo siendo muy simpática, me genera mucha intriga
muy amable, aunque a la señora no le gusta mucho su presencia, ella se altera y se coloca muy inquieta, en realidad no investigamos qué pasa, porque él señor no le debe h
ener a su familia más cerca ¿No le parece? -intento engañarla, para así sacarle información, no me puedo ir si no se la verdad, mi ma
a me habla cínicamente, intentando chantajear, meto mi mano en mi cartera y saco unos dólares, se los entregó a ella muy discretamente, y desafortunadamente para mí la llaman a