er tu príncipe azul -declaró el hombre y l
el hombre frente a ella lo hizo también
erminaba de firmar el documento que la nombraba como uno de su
de papeles donde incluía todos sus datos personales y bancarios
nocer un poco más de esa mujer que le encantaba-. Luego de tod
z, era fácilmente notada por quien se acercaba-, y es mucho más de lo que te imaginas. El problema conmigo radica en qu
e. Las declaraciones de esa
n, sintiendo la manita de María Fernanda atrapando la suya-... Por cierto, ¿está seguro de querer dejar a Marifer conmigo? Me i
erencias. Además, como ya te dije, a nosotros nos gustas, así que te acosaremos todo e
endo molestia, pues ante una nueva risa
s. Y, por cierto, ya que vendré y volveré a la ciudad to
eclarado lo dicho mientras se retiraba, así que él se fue sin darle tiempo de res
salón de clase donde once niños garabateaban ho
la mujer, que no solo llevaría alimento para l
el pizarrón y ellos en su cuaderno, pero primero les presentó a la nueva alumna, una que no creía duraría mucho tiempo con ellos, porque, en el sistema educativo que los reg
acía y tenía buenos resultados, aunque estaba segura de que si hubiera tenido la oportunidad de f
ar de una caja una tarjeta circular que simulaba una carita llorando-. Y
e eran tan tímidos que no se atrevían a continuar, y de esa manera terminaron describiendo la historia de una niña linda que llora
an ocupada con todas las actividades que Airam dirigía, se le olvidó que estaba en un lugar
ndose junto a su nueva alumna, en un enorme papel
castaño oscuro como el de Airam, pero con los ojos en el mismo tono gr
seguro es más pequeña que tu antigua escue
y haciendo otro rayadero-, pero a la otra escu
la escuela? -preguntó
uilla y miró sonriendo a su
ña y acariciando su carita-. Vamos a ponerle tu nombre y
do a que la niña lo hiciera, pero, al no intentarlo
o María Fernanda no lo logró, así que Airam dio un paso atrás, escribiendo con lápiz el nom
e ahorró su primer paso para que los alumnos comenzaran con la es
idades por alumno si contaban el cuento conjunto qu
asignaturas diarias, más el regalo de lectura, donde trabajaban montón de ac
fuera que le tocara invitarla, entonces esa familia la regresaba a la cabecera municipal, pero a
ba su salario, llegó a la escuela y se puso de pie junto a los demás padres de f
considerando su sueldo futuro, en realidad no le preocupaba en lo más mínimo. Aunque seguro era que
recibiendo a su pequeña hija que, de pie
por primera vez en su vida, la recogía después de la escuela-. Mira, escribí mi nombre. Y también hice tareas en el cuaderno,
la joven maestra que le encantaba, pues no entendía p
o sabía, así que le tocó disculparse con Airam y prometió que no volvería a pasar que fuera sin ello-. Está bien -aseguró
e familia? -cuestionó el hombre, un tanto intr
tomar sus cosas y salir del lugar-, es parte del acuerdo al que se llegó cuando llegué aquí. Desayuno y transporte er
r al coche y pidiendo a la maestra que subiera tam
da, esa respuesta
s de ese hombre-, de hecho, ahora que regresaré sin comer, porque también me
tocará aportar será con tus comidas
e sentiría de verdad mal si además tienes que pagar mis comidas de toda
sí que haré mi parte y la aceptarás con gusto, igual
rdo, solo comenzó a suceder, así que
-cuestionó el hombre mirando por el retrovisor a su pe
pequeña, complaciendo a su padr