a su esposa. Zyan y yo habíamo
davía no lo sabía. No ten
ón. Por un lado, me dolía q
entendí las diferen
temor de ser despedido por
zo aceptar es
a trabajar, niña?
rm
ssef, pero estoy mu
, ell
o un cuerpo blando en mi t
ductos y hacer
decir nada más, sal
on la cabeza arremang
eno de cosas por hacer,
o. Y dicho y hecho, lim
ientes y solo me detuve a
a mí con ca
é a almorzar a un lugar
a de mi auto nuevo
trador de
tu padre se entera... ¿d
rabajé hasta altas ho
qué se dedicaba
su padre en raras ocasiones, lo
mbre. Levanté la cabeza
eis pies, y tenía un poco má
oño de samurái. Su bar
sensual, su cuerpo era t
ón allá donde iba y lo
gustaba por otras razones
s de su forma ligera y desp
esde que mi madre se
sabía qué haría sin ell
do desde que
on el trabajo, pero nece
estaba bien
unca tienes tiemp
tentando programar algo co
tudiando, o cuid
nte, Zyan tenía
scuidada en estos días. Mi
a cerca, no le permitía
lamé al número de mi ma
llamé a la Sra. Evan
ejé escapar un s
regunté sin siquiera
dre se durmió después
televisión. No te preocup
e llamaré,
ba con ansiedad, me mor
a decisión, solo un d
por fav
poco más en l
idió diciéndome qu
violento, pero estábamo
a. Evans como si fuera d
amento difícil, me pagó un sa
co. Eso me dejó mucho
de uñas para poder tra
ca de m
– pregun
o almorzar contigo
esgarradora, como si
trav
sa, nena", dij
mano por el pelo. Zya
tie
ÍTU
durante bastante tiempo, todo
uestro vecindario estaba
entro" de Rhianna's D
ciudad a través de la ventana.
la ciudad era mucho más bon
un lado a otro vestí
ujo. Bajé la vista hacia mi
a mano a l
¿adónd
stamos allí. Te dije
ándome d
para ir a esos re
mirando las calles que
mos
ando. Zyan siempre se
mi pob
o mirando en el espejo
nta es esa?
en una sábana y sales
liente que todas l
do que volví a mirar
cumplidos me desconcertaban
llamaron pusilánime en la
n vio toda esta belleza
mis senos eran demasiado g
odavía sin saber qué de
ás elegante que hab
ije mirando
y emocionado p
te gustarí
osa recepción y un
ipático. Zya
utorizado en el apartame
an Ra
as cosas y pronto liber
sor d
bamos a un r
ijo con una sonrisa d
tas, pero pronto llega
trada. Con cautela, tomé
ónde irí
erta del apartamento
traseña que aparentemente sabí
silbo. Era un apar
ación y una hermo