d
comendó a mi madre a causa de la enfermedad de mi hermana, decía que el aire puro y fre
minos me llevaran a casa, me senté debajo de un gran árbol de manzanas que estaba escondido entre la maleza, su fruta podrida se encontraba regada a mi a
é en mi respiración repitién
estará
a un po
por A
n blanco y el silencio me tranquilizo, pude
a v
A
pre que venía por aquí creí escuchar mi nombre, extrañamente nunca vi nada raro, quizá solo era mi imaginación... aun así me levante
nada desde ayer, esto era un premio, Dios al fin se estaba apiadando de mí. Limpie la fruta en mi abrigo y le di una mordida, el jugo resbalo por mi boca y una gota traviesa recorrió el camino hasta mi cuello, me limpie mientr
ebla era cada vez más espesa y tenía que cuidar por donde iba, mientras m
uien se trataba con claridad, es decir, era todo oscuridad y yo... no lo recuerdo porque lo siguiente que observe fue mi casa, el porc
lo ocurrido cuando tuve que ir al hospital porque mi madre estaría trabajando doble turno, Amanda necesitaba que estuviera ahí, tome mi copia de la venus de las pieles, mis audífonos viejos y salí c
ermera que se encargaba únic
ermana no deja de
tá bien?.- el miedo invadió mis entrañas y tuve que obligarme a
us cejas se alzaron cuando una sonrisa apareció en su rostro y le devol
y cerré la puerta con mucho cuidado, me senté en las sillas afuera de la habitación que eran especiales para familiares
e me helaron, me dolía el cuerpo y un extraño sent
y ese olor fa
zu
Fr
sto se sentó a mi lado en la
otonada tres espacios, tenía rasgos finos y al mismo tiempo agresivos, sus cejas pobladas estaban bien peinadas, los labios medianamente car
sitas
Qu
Graci
ni un poco, dando por
uite los audífonos
s a la chica de la habitación 663.- señalo
eligroso, y tampoco le tuve miedo,
mana. Y si
ravement
ente porque no tenía la ene
nsativo por
ría que se
luchando por sobrevivir, era mayor que yo y muchas veces me hablo de lo que le gustaría hacer,
sus ojos grises con matices violetas, supongo que tenía una d
Qu
e fuera? ¿Incl
haban por salir se atoraron en mi garganta. ¿Lo har
bil conectado a las maquinas que la ayudaban a seguir con vida, s
ando me encontré de nuevo con la m
na musculatura, me avergoncé de sentirme atraída por él, pero no era la única,
pronto.
ensé que mis ojos se equivocaron y cuand
él? ¿Por qué estaba aquí? ¿De que
si lo conocía, puede que sea fam
mi nombre y sacudí la cabeza para
timo vistazo al pasillo en donde