a chica de una familia adinerada que había escapado de su casa a muy joven edad, siguie
do. Una chica hermosa, con un característico cabello rizado que llamaba la atención por donde quiera que pasaba, pero por dentro se dest
es, pero nunca pensó que se rendiría tan fácilmente. Pero era de esperarse para chicas como ell
egoísta. Había dejado algo muy importante atrás y ni siquiera se había tomado un segundo para analizarlo. Si hubie
olo al pequeño niño de cuatro años que llorab
ándole la espalda. El niño alzó su pequeño rostro rojo e hinchado de tanto
una voz detrás de ella resonó y le
agra
ño bas
olo disfrutaba el dinero de su
vechada, que bueno que y
escuchaba eso era la pobre criatura en sus brazos. Siempre había sido así. Aris era de una famil
la que le había dado un techo, Aris había podido seguir adelante. Incluso ella misma había recibido a Allen en sus bra
que no se
esar de poder dar una mano la habían echado a patadas de
velorio, donde la mayoría iba solo por apariencia, no por
se momento ella tenía que ser fuerte por dos porque no lo dejaría en una casa de adopción o con esa familia que
ioso y de poder adelantar cursos, tenía un apartamento lo suficientemente grande para ell
su cuello en medio de los hipos, en cuanto salieron por la puerta de la
más hacia él de
- le besó la coron
empañados de Allen la mi
solito como mi mamá- otro f
reprimió sus lágrimas y le
o te dejaré. Y
Allen sería su hijo y pelearía con uñas y garras contra todo aquel que quisiera arrebatár
. Cuidar de un niño cuando apenas estás entrando en universidad y sin casi tener dinero no era nada fácil. Y si a eso se le añadía
ersonas en vez de una. Por lo que apenas terminando el trámite abogó a la universidad en los cursos de la noche, la mayoría de forma virtual y en el dí
ués de todo, tener un hijo bastardo regado no era algo fácil. Como resultado,
s des
tearle el trasero al hombre rechoncho y vago que estaba sentado limpiándose las uñas de sus manos. Había qu
ble entre comillas que le permitía estar el mes sin tener que llevarse la soga al cuello. Aunque ser la asistente del área de economía de una empresa tan grande como aquella no era una tarea
a de ser mantenida a cambio de su cuerpo no le gustaba para nada. Mínimo tener algo de dignidad. Había terminado su facultad con títu
ar un poco y tomar algunas vacaciones. Pero esta parecía hacerse cada vez
sos cierres de mes eran terribles y estaba agotada, necesitaba descansar un p
los papeles por
, pero lo suficientemente alto como para que algunos de la inmens
de mirar la pantalla par
le están hablando- le respondió ella, agarrando los pa
mo que no le importaban las consecuencias de sus palabras. Ese tipo que se hacía llamar jefe te
ró la misma escena de todos los meses, una mujer hermosa
do ella con un
gradable porque la falsedad se olía a kilómetros