e lavaba los dientes en el baño que estaba dentro de la recámara. Después de dejar a Sunny, Milus había decidido volver
se limitaban a dar su opinión sobre lo que pasaría con él de ahora en adelante. Si sus pad
os más seguido -dijo mirando hacia el techo, luego alzó su man
o y no lo sabría. -Aaron enjuagó el cepillo y lo guardó. Pasó entonces una toalla p
tró el celular desde su sitio en el
die! Un simple tipo
ara ese momento Aaron ya se había lan
danza! -s
tipo de romance platónico? -Milus mos
io que había visto algunas ocasiones en su pueblo natal. Desde el primer momento su corazón latió por él, lo seguía cuando tenía la oportunidad, y en uno de esos momen
ó una ceja-. Bueno,
e muy
un genio. -Aaron pareció perdido por unos segundos, pero
ulpa por no ponerle contraseña -Aaron le sacó
aría con alguien más acerca de sus sentimientos por parte de aquel nuevo
*
ro con los Kraft, pero ya estaba listo. Esa mañana despidió a Aaron y este lo ani
e un poco de perfume. Tomó las llaves
espués de todo los escuchó pelear y vio como un osito de peluche atravesaba la puerta y se estrellaba en la pared, ¿cómo
a oscurecer, así que esperaba que la cena no se extendiera mucho para regresar en buen tiempo. Subió hasta el piso número siete y una vez que llegó tocó el timbre de la puerta trece. Vio al vecin
llegué a pensar
ha hec
arte pedirte vivir aquí -dijo la joven-. Pero pasa, estaba terminando la cena. Siéntate e
oso, pero sí más grande de lo que había imaginado. Mientras esperaba sintió la presencia de algo más frotándose en sus p
qu
í y dejar a Milus solo!
era más gruesa, gruñona, s
o por la ventana! -Se escuchó un portazo, luego Sunny apareció con una sonris
dea de su hermana, y él no podía quedarse en un lugar donde no era bien recibido. ¿Por qué tenían que ser así las cosas? Siempre había tenido buena suerte, en muchas ocasiones, c
y se encontró con una figura alta, cabellera castaña, casi oscura, y ojos marrones tan vacíos como un pozo sin fondo. La expresión en sus l
onunciar, pero en camb
os, el cabello enmarañado y no tenía zapatos. Era más que obvio que jamás est
eres
us entornó los ojos, una sola fra
Marcus no hizo ningún movimiento, entonces el joven agitó su cabeza al recordar q
, por la sorpresiva muestra de confi
enfriará. -La chica escaneó a su
*
pinaba mucho. Milus se dedicaba a asentir y mencionar alguna frase de vez en cuando, al contrario de Marcus que no decía n
o como el castaño dejaba de mover el
su boca- ¡Soy de Judae!, es una
ran coincidencia -dij
. No estamos atrasados con la tecnología, aunque tampoc
a trabajar, no a
pués de todo, has cuidado de mí desde la muerte de mamá. Yo ta
ta -pidió
tuación. No solo era el sentirse vacío sin nada más que el sonido para recordarle que seguía vivo, sino también esa energía tan neg
esos sentimientos. Nunca se había
sa no va a mantenerse sola. Necesito el trabajo -explicó ella-. Judae no está tan l
e la silla y golpeó la mesa. Los p
ndrá la casa limpia mientras tanto. Tienes que convivir con las personas, no
bajó la mirada, aunque Marcus no podía verlo, impo
ormitorio. Milus descubrió entonces que Marcus había memorizado dónde e
-finalizó Sunny, dando
cumplido hacerle, más bien había sona
unque no quiera. Lo que dije no es mentira, el dinero se agota, necesito
ro ser indiscreto, pero
onoció, pero no le pareció prudente. Sunny en
hace mucho tiempo. Antes solía venir a vis
hó?, ¿p
a llegó de visita y ella lo acompañaba, él esperaba que Marcus la aceptara y lo entendiera, ¿puedes creerlo? Salir con una mujer que podría ser tu hija y encima ser la e
debió ser para Marcus. Ahora lo compadecía u
perdón por esta cena
pes. Te ayuda
raerme un poco, no quiero que s
agradecimiento p
uvieron más tiempo para conversar y hablar de sus vidas. Milus no dijo mucho de su
una mala idea, pero no quería irse con ese mal sabor a
isto, no es muy ama
remos juntos, tengo q
la derecha -dijo-. Estaré pend
do esperando un poco de atención. Se detuvo en la puerta y tocó
us, ¿pue
guno. Cuando entró buscó el interruptor de luz, lo encendió y descubrió que la habita
rmario con puerta corrediza y cajones, y una única ventana con las persianas cerradas; el cuarto tenía alfombra. No había mucho más, excepto
ro no de la manera que esperaba. Milus tuvo que taparse la boca para que
r la habitación ignorando que tenía una visita no requerida. La vista de M
la presencia de alguien más. Milus entonces se vio contemplando ese cuerpo. Nunca antes había visto a un chico desnudo, ni siquiera había imaginado a Sean, pero ahora,
y girar en su dirección. Se fue acercando hasta posicionarse enfrente y muy cer
es en mi