er fila, presentando una tarjeta VIP. Era casi como tener un pase de celebri
ra entera. El aparcamiento estaba abajo, bajo tierra. Pero solo aque
ro, el lugar tenía mujeres de todo tipo "cazando" por comodidad con la cuenta bancaria de u
amigo trabajaba allí y nunca
ta y nunca se planteó darnos pases gratis, ni siquiera por la entrada donde
ios, más o menos me imaginaba cómo funcionaban las cosas allí. Pero siempre soñé con verlo todo en vivo y
s. Pero creo que si saliera con al
da: llegada de mercancías, especialmente bebidas, así como gente que entraba y salía, creo que
sto y bien iluminado con paredes oscuras, y Salma deslizó su t
ente por todas partes, gritos estr
sillo. - señaló . - Baja las escaleras y al final hay una puerta. Ella e
mó la tarjeta de e
s ojos. "Tu vida va a ser un infierno después d
unto esté aquí. De ahí toda esta locura. De lo contrario, es seguridad en todas partes. Ahora están
ala manera. Ben s
te carne... Cuando lo miro me re
iendo de tus ojos. Él e
ño... De hecho
o. - dije s
empezaro
va? Ben rió divertido. –
amigo," me encogí de hombros. - La bigamia es un delito.
a Heitor Casanova, B
oce a Bon Jovi. "Salma ha dest
tomaba la tarjeta de manos de Ben, quien la mostró sin recor
ía por el otro lado, siendo seguido por Benício, queri
ha estado aquí, ¿no?
Heitor Casanova ni siquiera había nacido to
miré antes de deslizar
ho años, Ben. n
Noriah Norte. Rodó los ojos . Lo has dicho mil veces. Abre la puta puer
o sobre su cabeza, que e
pisó mi ídolo. Tomé un
o. El resto es descanso. Poder decir que u
abrió, dejándonos directament
nuevo, desde adentr
de ida, cariño. M
lo que D
ez lo hará
puntos del lugar, en la parte superior. Uno de los bares era casi del tamaño de todo el Hazard , nuestro pequeño bar favorit
a tirada artesanal en diferentes sabores
en un extremo. El DJ estaba arriba, en una especie de escenario susp
or la luz coloreada. El ritmo
seguridad a lo largo de las escaleras de acceso. Desde allí, se podía ver a los bailarines de frente, sin
igo. Ben me
er. Grité para
. Te espero
os pensando qué cerveza probaría. Terminé comprando uno d
tomar diez más de esos. Suave, pero se podía oler el alcohol. Sin duda para palada
onsiguiendo otro. La elección esta vez fue la cereza. Maldita se