a casa y dormir. Mirando la hora de su reloj, se fija que se le estaba haciendo realmente tarde, y si no se daba prisa tendría que correr
cha una voz gruesa a sus espaldas. Del impacto se le ponen todos los vellos
rminado con los informes
eñor C
-El CEO miró su reloj -. Faltan 14 minut
a un maldit
o la primera carpeta marrón, para luego tendérsela a su jefe
rroga revisando
o que hacía? Cuando le había quedado mal en lo
señor. Todo e
l servicio d
a joven observa su reloj disimuladamente, f
atado el de siempre. Sabe lo que
o y déjeme ir de una vez por todas. Es tan tacaño para dar
e -Responde co
rchar -Contesta dándose la vuelta para re
prácticamente nada> Gala, miró de nuevo su reloj y olvida
s, es mu
.
o lo que él le había pedido. Sin margen de error, ni nada por el estilo. El CEO cierra la carpeta respirando pr
. Bueno, lo único que mejoraría de ella era ese atuendo que usaba para trabajar. Pero quien era él para decirle
las reuniones de la compañía. Él prefería quedarse en su mansión en Grecia, antes de tener qu
ara ver si estaba al pendiente de la empresa y no le estaba dejando todo el peso a él. No obstante, a Héctor no le
untual en la empresa. Héctor frota el puente de su nariz, se sentía muy agotado. Quizás, debía dor
de su secretaria. Lo que lo llevo a preguntarse, ¿A dónd
... quizás, debí investigarl
..
aria tomando las carpetas y otras cosas de su escritorio. Observo la hora de su reloj y noto qu
lla lo saluda aco
mira directamente sin po
señ
i her
o a l
a voz de Riley
o, Riley -Lo mira d
arme. ¿Qué quieres que hiciera? -Se exc
olor de cabeza interminable. Tan irresponsable, tan inmaduro,
l abuelo en esas con
ruza de brazos restándo
parecía darle igual lo que estaba por pasar en la junta. Y en ese momento, ella optó
nte, no le apetecía estar en otra. Lentamente, y haciéndose la
la se detiene en seco, sala de juntas -Mint solucionado a estas hora aran, ya estaría cien quiero ver que todo un traje a ese idiota, y cosa regunta co ho ese tipo de mandados a ninguno de los dueños. Su jefe de tiende una tarjeta dorada -. Ellos ya saben qué hacer rajes> no obstante, eso era algo que n mera vez en su vida y siente como si le -. En esa sastrería conocen mis gustos y están al tant lla a solas con Héctor. Seguía atónita por la petición de Jones, d ea varias veces, luego mira su mano fijándose en la tarj