do Di
ncuentro sentido a decir *querido* a un pedazo de papel donde escribir
r mi historia, mi oscura historia. Llena de secretos...que no pueden ser
ueda sentirme liberado porque la carg
que pisé el Infierno, corrij
imas ganas de sexo, aunque sin novia, ni amigos. Siempre me ca
una sudadera negra, un pantalón de
en la entrada y me des
enía que ver con el instituto al que estaba acostum
atontado, alguna que otra me lanzaba una mirad
que me hizo suponer que eran de tercer año en adelante. Les pedí consejo para llegar a la que sería mi habi
ue repartía folletos de bienvenida
r los dormitorios del ed
uenta con 5 pisos que tienen 10 cua
, hay a la entrada unos sillones largos para
pared, queda de frente visible a todo el que llega. La pintura te atrapa por un moment
e sería mi habitación, abrí l
ón - grité desde afuera y una voz fem
completamente des
mejores sueños eróticos me hubiese imaginado. Con sus cabellos rojos como el fuego y u
n la cama, aunque con una sá
acelerado y mis mano
so ella sentándose en la cama, aú
piercing en su ombligo, pero g
o la mandíbula y tapando con mi mochil
uestro...dame mis 100 euros - dijo estirando su mano en la que se
da ante mí - Mucho gusto...,
aman Lucifer - se presentó extendiendo su delic
la espalda, dejándome apreciar sus perfectas y redondas nalgas y
na? - preguntó el chic
- respondí trata
us cosas. Vamos está bue
gí de h
reocupado encendiendo un cigarrillo-. A menos que seas gay, que n
mis maletas para poner las cosas en orden, ya
rovechó y se puso la ropa que
y tomó unas cosa
, vestida con un pantalón negro ajustad
e marcharon, no sin ant
iado...Eso había sido raro e
as con una sonris
varían de tamaño, aquella e
a habitación solo para mí,
gencias, solo un becado, así
y entró claridad a la habita
e se veía todo de tamañ
espondientes sillas giratorias, dos estanterías, un arma
e mi estantería hasta mi cama
personalizado lug
on un edredón beige y algun
y otras cosas personales, como
ía, una taza de café a medio tomar y una fotografía. Supuse que era familiar y tenía r
desempacando mi ropa sob
o pude fijarme en toda la rop
l baño era poco más peq
con un lavabo, váter, ducha y encima de
era para mí, pensé que no enca
.
rando. Esas palabras no salen de mi cab
ea un diario y si un
a la última página, pero no
saber cómo era Dylan, como pen
físico hay una mente llena de i
nó hacen pensar que Dylan n
d sea mejor que el suyo - pienso en voz alta y gu