he anterior, pues cuando miró su reloj, descubrió que eran más de las ocho y él tenía
os números en una de las hojas y luego la tiró sobre la cama. "No me importa quién eres o por qué estás en mi cama, pero creo que esto es lo que te mereces
uchó las duras palabras de Aden y vio el cheque que le había lanzado. De hecho, la mujer nunca se había sentido tan insultada en su
dinero no lo es todo y que hay muchas cosas que no puedes comprar con él, ¡sin importar lo mucho que tengas! ¡No necesito tu cheque y espero que sea cie
zarlo. Sin embargo, esa mujer parecía saber lo rico y poderos
to cuando esas palabras salieron de su propia boca. Acaso le gustaba... ¿su cuerpo? La verdad era que sí y que, a pesar de lo borrach
as cosas que Aden podía decir, la mujer no esperaba que soltara algo así y, al no saber qué contestarle, agarró la colcha con más firmeza para en
bjeto volador en la espalda, pero al girarse para informarle sobre el precio de su atrevimiento, se detuvo enseguida
se aseguró de que el hombre realmente se había ido. Luego regresó al dormitorio, se sentó en la cama c
el suelo. Luego sacó su teléfono, pero no tenía ni una sola llamada perdida. De hecho, ni siquiera Jayla la había llamado y entonces la mujer se mordió el labio, tratando de recordar qué había sucedido durante la noche anterior. Mientras se vestía
era el "999". En ese instante, Janiya recordó que Jayla no había reservado esa habitación y varias escenas de la noche anterior comenzaron a sucederse por su mente, como por ejemplo que había leído mal el número en la tarjeta de acceso y había
verdad. Ahora la mujer estaba enojada consigo misma, pero al mismo tiempo se sentía aliviada,
su valiosa virginidad con un extraño solo por haber entrado en la habitación e
ella y Aden entraban y salían de la habitación, sin que ninguno de ellos tuviera ni id
oz alta para sí misma, sonriendo y bebiendo elegantemente un poco de vino de la copa que tenía en la mano. Luego hizo una llamada y le dijo a la persona que estaba al otro lado de la línea, "Envía
ocupación, "Niya, ya estás aquí. Jayla dijo que anoche estabas cansada, así que te quedaste a dormir en el hotel. Por fin regres
ubiera pasado mientras le decía, "Papá, ya estoy aquí ahora. Ayer no vine a dormi
cabeza y le respondió, "He visto que salió te
oy algo cansada, así que quiero subir y descansar", concluyó la mujer y, cuando fue a su habitación, se tiró sobre la cama y hundió la cara en la almohada, reprendiéndose a sí misma, 'Janiya
n cómo se echaron a perder todos sus hermosos sueños y planes so
minar para relajarse, reflexionar y hacer planes para el futu
ombre la llamó a su estudio y, cuando Janiya entró allí, lo encont
Jedidiah con una mirada seria y preocupa
capaba de las mejillas cuando leyó el reportaje señalado por su padre. "El Gerente General del Grupo
rente General del Grupo Glory. Resulta que a esta joven graduada de Harvard no solo le gusta estudiar, sino que también disfruta robándole el novio a otra persona, ya que
traba y salía de la misma habitación y además, el reportero había capturado la
periódico y su
suceder algo así? Me cuesta creer que seas esa clase de mujer, así que cuéntame, ¿qué pasó?", le
pudo decir con voz ahogada, "Papá, esto no es lo que parece. No sé cómo explicar
lo es falso?", le preg