ando la atención de su esposa -que
un tono sereno-la Sra. Julia no e
escuchar sus palabras. Aunque no era verdad, s
os, afortunadamente la repentina aparición de la señora
es de su vestido haciendo una reverencia, lo cual l
no he dicho qué me inf
, acababa de presen
valuó con un
resentarle a... -dijo Julia con la in
mano. - aludió Victoria con total indiferencia dándole la espalda. Tessa al oírla c
mpoco se atrevió a replicar, sabía que una
compatriotas, entre ellos, la de su esposo "El comandante Steverman". La astucia de esa mujer fue reconocida por ingresar al campo de batalla, en medio del fuego cruzado, donde un joven soldado protegió su espalda y
extraño que a razón de otro rato, la familia fuese presentada en sociedad. Todos sus integra
a quienes deseaban conocerla, Tessa no pudo evitar sentirse preocupada. Sentada en u
os Garratenienses. Tessa conocía que como gesto de cortesía, antes de entablar una conversación o invitarla a bailar, los soldados le pedirían
cón, si la buscaban estaba segura de que no sería fácil de hallar. Sin embargo, Tess
stado y dejo caer la cabeza ignorando el comentario. Para ese entonces el resto de la criadas que se encontraban trabaja
mirada y se mostró sorprendida. El Teniente Donato, se había posicionado a su lado con una postura erguida,
evolverme el favor -ella lo miro por encima del hombro con desconfianza -Mi alcoba -i
muerta
xpreso retirándose con elegancia. Tessa echo un vistazo a su alrededor y entro en pánico. Un hombre de las car
resignada. El, no pudo evitar sonreírse con los o
servicio. La tercera puerta a su derecha es mi nueva alcoba. La puerta no tiene seguro, asegúrese d
remodelación parecía un depósito pero no le importo. Soltó un suspiro de alivio, en ese espacio se sintió a salvo. Precavida de no tropezar con nada, camino hasta los pies de
ue los soldados perdieran el interés por ella. Sin darse cuenta, la suave fragancia masculina que despre
mida, se cubrió los ojos con las manos, no sentía deseos de alistarse para el ir al trabajo
no?!" se cuestionó saltando de un brinco de la cam
-¿tiene la llave de repuesto de esta habitación? - Tess llevo la mano al pecho aterrorizada, los
aporte -hubiera jurado que el amo dejo la pue
paño, olvide algunas herra
es molestia. S
mino sigilosamente a la puerta. Una vez allí, perfiló la oreja de lado y se aseguró a
compañeras y especialmente a su patrona. Temblorosa se armó de coraje y saco el seguro. Tomo sus zapatos del suelo y abrió la puerta lentamente sin hace
ntre dientes- ¡Eres una maldita descarada! -exclamo furiosa empujándola por los hombro
izar el cuarto de mi hijo?! -cuestiono al
dido -expreso Tessa poniéndos
tró tendida en el suelo -¡¿esto te parece un malentendido
ruscamente de lado. El silencio reino en e
eció su otra mejilla. Esto terminó siendo demasiado para Julia,
nentemente?!" -exclamo tomando impulso
ue paralizo a Julia un momen
o, el hombre que tanta repulsión le causaba, habí