sperado comenzó a buscarla a su casa, a esperarla cuando salía del instituto... y Amelia tuvo que lidiar sola con esa situación, porque no contaba su mamá, quien yací
que actuar completamente normal en clases, y ser la adulta cuand
ara en paz. Para su sorpresa, Daniel no dejó de buscarla, pero notó que su nivel de ansieda
problema menos en su vida con el cual lidiar, Amelia cedió y adquirió una segunda línea
ribía, Daniel se sentía mas tranquilo. Dejó de buscarla en el inst
chas veces la curiosidad y el miedo la superaban, sobre todo cuando comenzaba a amenazarla con buscarla. De la mayor
r que pudo, quizás sus actuaciones no eran las más racionales, pero e
der contarle a nadie. Madu
dejaba ni siquiera levantarse de la cama, no quería acudir a sus abuelos para no preocuparlos, llegó a
distinta siempre para no comunicarlos con su mamá, t
a la tarde en la floristería de la mamá, donde estudiaba y revisaba el negocio, cosa que
convincente con las excusas que daba, que no dudaron; despues de todo, Amelia regresaba
su mamá, despues de pasar horas practicando la falsificación de la firma, hasta que
á había comido (algunas veces su mamá si comía, otras no) preparaba la cena para
los ingresos, pero Amelia estudiaba y no podía dedicarse de lleno. Así que en las noches enviaba una presentación profesional de la floris
mamá ausente en la floristería y ella en clases, necesitaba quien supervisara todo, asi que contrató a una persona que hicieras las v
, el pago de todos los servicios, los créditos, estirando el dinero
rar. Sabía que cuando su mamá saliese de esa etapa oscura que vivía a ella le costaría mucho v
ararse para el instituto, preparaba un rápido desayuno y unos emparedados para el almuerzo de ella y de su mamá, y partía al instituto. Antes de salir le escribía al personal de l
er llegar a tiempo al instituto. En el camino aprovechaba de
Amelia era ahora lo equivalente a una madre soltera de una hija pequeña. Con una
que ella misma se ahogase con todo el horror que había vivi
unque en secreto a veces revisaba las cosas que su mamá se traía a la casa del trabajo y le gustó ver que logró
mbajadas solicitaban de forma semanal el encargo de flores para adornar sus espacios,
e estuvo bregando sola, descubrió su amor por l
to y a no preocuparse más por las cuentas. Pensó en desactivar la vieja línea de teléfono, lo único que la unía con Daniel pero la posibilidad de
blema que no q