ró
brotaron de mis ojos. No solo había arruinado otra entrevista, también había gastado los últimos cuarenta dóla
rédito es exactamente lo que
el mundo estaba en el maletero. No tenía a donde ir. No hay entrevista qu
a diez para
a niñera que llegaba para la entrevista, pero el auto que estacionó junto al mío era elegante y reluciente. Era un auto deportivo, c
ectamente peinado y un rostro atractivo enmarcado por gafas de sol. Con pantalones de vestir y una camisa abotonada,
tado toda mi vi
ndría los ojos en blanco, pero este chico era demasiado sexy
ticut",
jo riendo. "Mi nombre es Paxton,
ano, la puerta principal se abrió y ap
s?", le preguntó Pax. "Dijiste que
dándose palmaditas en la espalda. "Vino a
nto por coquetear contigo. Pensé que eras... bueno, no pensé que fueras la niñera. Si
s que era yo?
o a Bryce en busc
avía", dijo Bryce
ar la entrevis