as cámaras se mueven silenciosas buscándome, ya que soy lo único que esta en movimiento en el recinto. El ascensor llega rápidamente a mi encuentro y aprieto el botón que v
e el guardia de seguridad listo para cerrar el
y lo disfruto al máximo así como todas las cosas que poseo, pues me costó mucho llegar adonde estoy. A mis treinta cinco años puedo decir que he tenido éxito en muchos ámbitos de mi vida. Menos en uno. Y largo un bufido al recordarlo. Duele. Nu
ante que escuchar hasta llegar a casa. Y en el preciso instante en el que devuelvo la mirada al camino, la veo. Allí, parada bajo la intensa lluvia, sus r
her
s. Por ahora no hay tiempo para hacerse preguntas o reclamos absurdos. Sólo debo llegar a mi destino, sé que una vez allí estaré a salvo. Es y siempre ha sido el único con el que me he sentido a salvo, ni siquiera mi padre pudo protegerme del odio y las decepciones del amor, a pesar de que sie
a de que mi maquillaje está corrido y mis cabellos enredados. La poca gente con la que me he cruzado en esta noche tormentosa me mira con curiosidad...o pena...o no sé como describir. Pero ellos no saben lo que he viv
ca aun no estoy a salvo. Nick puede encontrarme, siempre lo hizo y estoy segura de que ahora también lo hará. Pero debo llegar con él, es el único que puede ayudarme ahora. Mi fe en él es ciega y sé que lo lastimé en el pasado pero jamás me de
. Miro sin ver el interior y mi corazón salta de emoción: "Mikael". Él parece distraído, está buscando algo pero rápidamente dirige su mirada hacia mí y queda petrificado. El chirrido de las ruedas del vehículo se escucha en varias cuadras a la redonda y ambos nos quedamos sin reaccionar. Yo solo quedo castañeando los dientes mirando en su dirección y rogando a que regrese por mí. Él no avanza...tampoco retrocede. "No va a ayudarme", se me ocurre repentin
, sus ojos color hielo me observan...¿preocupa
fue la primera palabra que le oí decir de su boca, hace más de quin