aja de cereales Froot
ra, sacó un puñado de cereales de la c
miró l
sde que eras pequeño. No
llevan? Es imposible que se ponga
llas y se masajeó la frente. Comenzaba a sufrir una migraña provocada por la te
sco, que lo sepas
ropa que el día anterior y tenía la impresión de haber
ó de dejarte
me la cabeza cuando le dije
te cansas de e
rio entr
. La vida al air
vaba unos vaqueros desgastados
ndo que no soy u
pelo, ya que lo llevaba demasiado largo. Además, la perilla co
que no tienes la cl
tú
nó las sienes con los dedos-. Solo me quiere por el sexo. El día me
se echó
lo di
n bostezo mientra
quedarte
lo menos hasta que
na palmadita a Marcos en la espald
ay de
cia de Alejandra los golpeaba de nuevo, ya que el accidente aéreo les había hecho recordar de golpe lo que habían perdido. Aunque Marcos y
último día. Aquella mañana dejó a Alejandra en el aeropuerto, se despidió de ella con un beso, le frotó la barriga y sonrió, encantado con el
osa por pasar una
cara. Aunque la llevaba grabada a fuego en el corazón y en el alma, su imagen se borraba lentamente y los detalles comenzaban
r librarse de él. La otra parte se aferraba a dicho dolor como si le fuera la vida en ello. Ya
-
c,
había sentido de verdad en días... tal vez incluso en semanas. Se acomodó en el sillón, dejando que la calentara e
a, V
general, se sentó en la si
te estás acl
a. Había conseguido colocar varias fotografías de Matthew, un trocito de conglomerado y una piedra de obsidiana que había recogido durante una ex
me temo que no esto
escritorio. Matthew se lo había regalado por el día de la madre del año anterior, durante una etapa en la que estaba obsesi
tensión que la embargaba. El trabajo no la estresaba, era el hecho de esta
térmica del Volcán de
osos relucían. Iluminado por el sol poniente, Cassandra
sentía que Victor no había ido para preguntarle por el trabajo. Sabía que era competente, que se conocía el
frunció
si fuera a derrumbar